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sábado, 13 de junio de 2015

¿CRISTÓBAL COLÓN FUE UN JUDÍO SECRETO?

BH
UNA PREGUNTA QUE SE PLANTEA HACE AÑOS, Y UNA RESPUESTA CASI OBVIA
Del Jerusalem Post
Cristóbal Colón fue probablemente judío de acuerdo con un artículo de CNN. En el aniversario 508° de la muerte de Colón, los investigadores han descubierto recientemente que Colón ocultó su verdadera fe para sobrevivir a la Inquisición española.
En marzo de 1492, la reina Isabel y el rey Fernando se embarcaron en una campaña de limpieza étnica contra la comunidad judía en España. Más de 800.000 judíos se negaron a convertirse al catolicismo y fueron obligados a salir del país en el lapso de 4 meses, abandonando todas sus posesiones. Los Judíos que quedaron en España, o bien se convirtieron al catolicismo o se convirtieron en “marranos”, es decir, Judíos que pretendían ser católicos, mientras que practicaban secretamente el judaísmo. Miles de marranos fueron torturados y asesinados durante la Inquisición española y sus propiedades fueron confiscadas.
Los historiadores creen que Cristóbal Colón era un marrano que se embarcó en un viaje al Nuevo Mundo para descubrir un refugio seguro para los judíos perseguidos. Un objetivo secundario de ese viaje era encontrar oro para financiar una cruzada para liberar Jerusalém del control musulmán y para la reconstrucción del Templo. Al principio la planificación era zarpar el 2 de agosto de 1492, el día de Tishá Be Av, que se conmemora la destrucción del Primer y Segundo Templo de Jerusalém. Se pospuso el viaje por un día debido a que los judíos consideraban de mala suerte navegar en ese día.
Los estudiosos afirman que 5 detalles del testamento de Colón podrían probar que era judío, incluyendo los dos primeros, que son costumbres judías:
• dar una décima parte de sus ingresos a los pobres
• ofrecer una dote anónima para las niñas pobres
• dar dinero a un Judío que vivió en la entrada del barrio judío de Lisboa
• Instruir a sus herederos a usar una firma triangular de puntos y letras que aparecían en las inscripciones encontradas en las lápidas de los cementerios judíos en España
• dejar dinero para financiar una cruzada para liberar Tierra Santa
Contrariamente a la creencia popular, el viaje de Colón no fue financiada por la reina Isabel, sino por tres prominentes Judíos. Los historiadores dicen que las dos primeras cartas que envío Colón después de regresar de su viaje eran para ellos y no para la familia real española.
Otros detalles que pueden probar que Colón era judío incluyen 12 cartas escritas por Colón a su hijo que contienen letras manuscritas hebreas “bet-hei”, que significa b’ezrat Hashem (con la ayuda de Di-s). Una carta para el rey Fernando no contiene este escrito.

'Cristóbal Colón sí era de origen judío': Fundación Samson Trust


Según esta fundación, los judíos costearon el Descubrimiento de América, hoy hace 520 años.


Por: FELIPE COIFFMAN, M. D.

Seamos consecuentes con la historia: Cristóbal Colón sí era de origen judío. Se convirtió al catolicismo por temor a la hoguera de la Inquisición. Según las últimas investigaciones, quedan muy pocas dudas sobre el origen judío del descubridor de las Américas.Así lo confirman documentos encontrados en la Biblioteca Real de España y que nunca antes habían estado al alcance de los historiadores. También lo confirman documentos que se conservan en los archivos secretos del Vaticano. Vea acá: (Celebran en New York 'Descubrimiento de Cristobal Colón')
Con ocasión del centenario del nacimiento de Albert Einstein, también judío, el 10 de noviembre de 1979, el papa Juan Pablo II abrió al público sus archivos. En esta memorable fecha el Papa pidió perdón al mundo por la condena que la Inquisición, llamada el Santo Oficio, dio a Galileo Galilei. Su pecado fue sostener que era la Tierra la que giraba alrededor del Sol, y no lo contrario, como lo sostenía la Iglesia.
La Fundación Samson Trust, sostenida por la familia que encabeza Elie Shalit, logró consultar documentos fundamentales sobre el tema. En ellos se demuestra que no fueron las joyas de la reina Isabel de Castilla las que costearon la expedición, sino la comunidad judía. Antes de la expulsión de los judíos de España en 1492, decretada por los reyes católicos Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, más del 10 por ciento de la población española practicaba la religión judía. Creada la Inquisición, todo ser que no fuera católico sólo tenía tres caminos: o se convertía al catolicismo o salía del país dejando todos sus bienes o moría en la hoguera. Emigraron entonces 120.000 judíos, especialmente a Portugal. Ante esta situación, Colón, que había nacido en una rica familia judía de Génova (Italia), se convirtió al catolicismo. Es sabido que influyentes judíos cristianizados abogaron ante los Reyes Católicos para que le dieran la bendición a Colón de zarpar del puerto de Palos de Moguer, el 3 de agosto de 1492. Tres naves partieron hacia el occidente con la intención de encontrar un camino más corto para llegar a la India. (Siga este enlace para leer: Cristobal Colón sí era judío).
Colón recibió en la Universidad de Coimbra, en Portugal, amplios conocimientos de cartografía, matemáticas y astronomía. Compartía con el sabio Toscanelli la idea de que la Tierra era redonda y por tanto era factible llegar al oriente viajando al occidente. Desde antes de la era cristiana los judíos tenían alguna noción sobre la redondez de la Tierra. Por esta razón, el Yom Kipur, el año nuevo judío, lo celebraban durante dos días en vez de uno. Sabían que mientras a un lado de la Tierra era de día, al otro lado era de noche.
Curiosamente, el día de la expulsión de los judíos de España corresponde en el calendario judío, que ahora va en el año 5772, al 9 de Av, día de la destrucción del templo de Jerusalén por los romanos.
La mayoría de los 120 marineros que integraban la expedición eran de origen judío. Huían de las persecuciones de la Inquisición y buscaban otras tierras en donde pudieran ejercer libremente su religión. En las anotaciones sobre el desembarco en la isla de Guanahaní, que Colón bautizó como San Salvador, se lee que Colón habló a sus habitantes en hebreo, pensando que había encontrado una de las tribus perdidas de Israel.
Colón siempre ocultó los datos de su nacimiento y de su infancia. En las cartas que envió a los reyes de España mencionaba al rey David y la expulsión de los judíos, asuntos que no tenían relación con su descubrimiento. Estas cartas, según estudios del departamento de grafología de la policía de Madrid, fueron escritas de derecha a izquierda, tal como se escribe el hebreo. En las cartas que enviaba a su hijo siempre ponía en la parte superior de cada hoja las palabras hebreas bet hei, que en hebreo significan "con la ayuda de Dios".
El descubrimiento alentó a muchos criptojudíos a emigrar a él. En el cementerio hebreo de Curazao, el más antiguo de América, se leen en numerosas tumbas nombres castellanizados pertenecientes a familias judías. Son comunes los terminados en guez, ez y los de nombres de santos, tales como Rodríguez, Gutiérrez, González, López, Santodomingo, Santos, Sanjuán, Santamaría, etc. (Lea además: Así fue la mañana tibia en que Cristóbal Colón descubrió a América).
En un artículo que el profesor Luis López de Mesa escribió, encontró más de 300 apellidos castellanizados descendientes de familias judías españolas y portuguesas convertidas al cristianismo.
No sabemos cuántas sorpresas más nos deparará la historia sobre la infancia de Colón.
FELIPE COIFFMAN, M. D.
Profesor de Cirugía Plástica, Universidad Nacional de Colombia.
Especial para EL TIEMPO


¿Qué es el We Tripantu? La claves simbólicas de la ceremonia ancestral mapuche

Qué es el We Xipantv? ¿Por qué los mapuches lo llaman Año Nuevo? Te invitamos a leer una reflexión del Ngenpin Armando Marileo Lefio sobre esta hermosa ceremonia de la nación mapuche.

El We-Tripantu Ancestral y Contemporáneo
La ceremonia de acompañamiento de renovación de los ciclos naturales o we-tripantu data de miles de años, pues responde a la lógica y normativa de la naturaleza y del cosmos, a través del cual los primeros mapuche asumieron y adaptaron su vida individual y colectiva. No obstante, en la actualidad encontramos dos tipos o formas de conmemorar el we-tripantu en el mundo mapuche.
1.- WE-TRIPANTU ANCESTRAL:
En primer lugar será necesario saber cómo se determinaba o definía el día del we-tripantu en tiempos ancestrales:
El método más efectivo que tuvieron nuestros abuelos en la definición del día del we-tripantu es el diseño, estructuración, ubicación y construcción de su Ruka; con un fogón en el centro y la puerta principal orientada hacia la salida del sol, determinaban y controlaba el tiempo y el movimiento de éste durante el transcurso del año.
Es decir, el fogón, la puerta principal y un tronco o palo situado frente a la puerta, definirá o marcará el movimiento del día, las constelaciones, el sol, la luna y el tiempo, es decir, éstos símbolos marcarán los días e indicarán el recorrido o movimiento del sol y los ciclos naturales pukemngen (tiempo de lluvias), pewüngen (tiempo o época de brotes), walüng (tiempo de abundancia) rimü (tiempo de descanso o zambullidas) y con ello se determinará el día exacto del we-tripantu.
Desde el punto de referencia se apreciaba el inicio del recorrido que realizaba el sol a partir el día del we-tripantu, comenzando éste a moverse desde el Puel-pikumapu (noreste) hacia el Puel-willimapu, (sureste) vice/versa. En ése recorrido se dice que el sol debe compenetrarse o conectarse con el fogón ubicado en el centro de la ruka, además los rayos no deben tener ningún impedimento en su viaje o recorrido que realiza cada día y durante las trece lunas del año.
Otros de los factores determinantes del we-tripantu son las trece lunas del año, todas las cuales tienen sus propios nombres y cada una representan la época en que le corresponde hacerse presentes. La luna que marca el inicio del nuevo año se les conoce como trufken-küyen, luna gris o luna de las cenizas, correspondiente al pukem. Por tanto ya asomado o nacido el trufken küyen comienzan los preparativos para la ceremonia de inicio de renovación de la vida o we-tripantu.
Actualmente se habla también de un conjunto de estrellas llamadas Ngaupoñi las que al acercarse el we-tripantu desaparecerán por el poniente, lafkenmapu o ngülumapu, asomándose en la madrugada hacia el oriente, unos días antes de producirse el nacimiento de la nueva vida en la naturaleza.
Asimismo se sabe con certeza que el día del we-tripantu, existe una única madrugada del año en que las aguas de los ríos, vertientes, lagos, esteros y otros entran en un proceso o cambios de temperaturas provocado por el movimiento de la tierra o re-acomodación de éste que inicia el regreso o el recorrido por el universo, completándose en el próximo año nuevo o we-tripantu. Ese día emergen desde las profundidades de la tierra, aguas calientes a través de las vertientes los cuales permiten que las personas puedan bañarse en la madrugada, (epewun o amanecer).
¿En qué consiste la ceremonia del we tripantu?
El We-tripantu consiste en participar juntos con la naturaleza en la renovación y emergencias de nuevas vidas. Es decir, el che (humano) siendo uno de los componentes de la naturaleza hace suyo y participa junto a su familia e invitados en ésta ceremonia de renovación de la vida. Es así que con antelación reúne diversos tipos de alimentos para el misawün o convivencia que llevará a cabo con sus invitados, familias y miembros de la naturaleza. También podrá realizar un konchotun (en el que con otras familias amigas se visitarán y compartirán dicho acontecimiento), O quizás una ceremonia llevada a cabo por los abuelos, en el que le colocarán su nombre a un nieto o un niño pequeño y eso es motivo de festejo, en fin motivos hay muchas.
Las familias invitadas acuden a la Ruca anfitriona al atardecer del día anterior del inicio del nuevo ciclo, con su yewün (aportes en alimentos y sus presentes). Durante la noche se conversan temas relativos a historias, hechos relevantes del quehacer mapuche y otros relatan epeu, ayekan, ül, weupin, koneu, también se realizan danzas ceremoniales en torno al fogón, se juega al awarkuden entre otras entretenciones. Mientras las mamás, hermanas, abuelitas preparan mültrün, kako, rüngalkofke, müllokiñ, mudai, y comienza la celebración.
En la madrugada o epewun se invita a todos a bañarse en las vertientes, ríos, lagunas o mar, para recibir las primeras aguas que les permitirá purificar su cuerpo y su espíritu, ya que todos los mapuche deben esperar el we tripantu, muy fortalecido para que el ciclo venidero favorezca en su vida personal, familiar y colectivo. Se retorna a la Ruca antes de que asome el sol, se inicia la ceremonia de purificación o limpieza danzando en torno a la ruka conforme a como se mueve el sol en éste hemisferio, se tocan instrumentos, se realiza llellipun, consistente en una ceremonia de conexión e interrelación con los espíritus de la naturaleza, los antepasados, el universo para agradecerle por la finalización de un ciclo de vida y permitir recibir el siguiente. Este se realiza antes de que el sol se asome en el puelmapu.
Luego se comparten los alimentos preparados para la ocasión, mas tarde se participa en eventos preparadas por la comunidad, palin, awarkuden, ñiwülün, lonkotun, aukankantun, además ocasión propicia para hacer katan pilun (perforación de las orejitas a las niñitas), entre otras actividades.
En el momento que aparece el sol, se ha dado paso a una nueva vida, en la tierra y naturaleza; se ha producido un renovado encuentro con todos los actores del mundo mapuche, se ha dado paso a una nueva relación y vínculo con los espíritus creadores y de los antepasados, así se inicia una vez mas una nueva vida en la familia mapuche y en la madre naturaleza.
2.- WE-TRIPANTU CONTEMPORÁNEO:
Esta celebración probablemente (hasta los 50, 60, 70 años hacia atrás) se realizaba en forma más protocolar, privada y con profundo respeto en la que se convocaba e invitaba a las familias más cercanas y aquellas pertenecientes principalmente en la línea materna, cheche o chezki, chuchu, weku, abuelos, abuelas y tíos maternos, asimismo a los sobrinos, primos y otros; ocasionalmente familias y amistades del sector o territorio, con la finalidad de realizar misawün, konchotun, lakutun, katan pilun, entre otros, preparados para la ocasión.
Lo anterior todo cambió en las familias y comunidades de todo el territorio mapuche, cuando se inicia la imposición del mundo occidental, a través de la escuela, el cristianismo y la fiesta de San Juan Bautista en particular, (uno primero que otro).
Cuando nos dimos cuenta estábamos celebrando la fiesta de San Juan y rezando el Padre Nuestro. Nuestro We-tripantu había sido reemplazado por costumbres populares de verse la suerte la noche del 24 de junio, colocar tintas en un papel, pelar papas, poner los pies en un recipiente con aguas y mirarse al espejo, engordar y matar chanchitos para celebrar algún hijo o hija que llevara el nombre de Juan o Juanita, entre otros.
En éste y en otros aspectos de nuestro ser mapuche fuimos intervenidos todos por igual. Así comienza nuestra confusión, el sincretismo, la mezcla, el empobrecimiento espiritual, económico, de identidad entre otros.
Afortunadamente esta fecha se ha ido recuperando paulatinamente, hemos pasado en celebrar el año nuevo del 1 de enero como única fecha con bombo y platillo y con el correr del tiempo con apoyo de las nuevas generaciones de jóvenes mapuche hemos podido rescatar en parte la celebración del we-tripantu. Justamente éste parte por ahí por los años ´86 desde el grupo de teatro de la organización Ad-Mapu de ese entonces.
Sin embargo hoy ya estamos entrando a una época muy distinta y muy complicada y luego vendrán otros y otros más, mientras tanto no hemos sido capaces de recuperar nuestra propia forma de expresar nuestra espiritualidad y el we-tripantu más original, el mapudungun entre otros. La influencia que ha tenido y tienen las religiones y cultura winka sobre la nuestra ha sido más potente de lo que pudiéramos pensar.
Es así que en la actualidad tanto en las esferas mapuche y winka, la celebración del we-tripantu continúa acomodándose y acercándose a la celebración popular occidental, aunque en la programación previa y en los discursos conmemorativos se reivindica el we-tripantu de los antepasados, sin embargo éste está lejos de ser ceremonial, ancestral y original, pues hoy las celebraciones son similares a la fiestas del año nuevo del 1 de enero (del calendario occidental) e incluso son más folklóricas aún, especialmente aquellas promovidas por los organismos de estado, también organizadas y celebradas por algunas comunidades. En éstas están incluidas también las que se organizan y realizan en las ciudades.
Las instituciones antes mencionadas funcionan en forma paternalistas, ofreciendo recursos económicos e impulsando la realización de we-tripantu en las comunidades rurales y urbanas mapuche, mediante pequeños incentivos o proyectos al que se debe presentar un programa detallado de actividades para ser acreedores de aquellos recursos.
Lo anterior es tan contradictorio pues el we-tripantu se da en forma natural, es una celebración o ceremonia de regocijo de los hijos de la tierra, plantas, animales, insectos, aves, personas con la naturaleza, es decir, el che (humano) es un invitado que se entremezcla con los demás y acompaña la madre naturaleza en su fiesta, en su alegría en el regreso de la vida de sus hijos, en esa medida y entendimiento es deber de cada ser humano de todos aquellos que cohabitan nuestros territorios ancestrales y principalmente mapuche a participar en ese festejo, de la forma más natural aportando con lo suyo, con lo propio y no esperar proyectos o beneficios provenientes de organismos estatales o privadas que lo único que hacen es hacer del mapuche un ser más dependiente aún.
Así también en la actualidad muchos colegios e instituciones y hasta agrupaciones mapuche, quizás por desconocimiento o por la pérdida real del significado y sentido que tiene este acontecimiento han cometido graves errores, al realizar celebraciones o conmemoraciones del we-tripantu que se aleja del verdadero sentido de este, que es la de acompañar y ser participe en el regocijo del nuevo despertar de la vida en la naturaleza, asumido culturalmente por nuestros antepasados. Como consecuencia de lo anterior es que el we-tripantu se ha ido paulatinamente transformando en una fiesta meramente social y en algunos casos políticos. También ha habido folklorización de esta fiesta sagrada por decir lo menos.
Otra de las falencias es que hoy se celebra el we-tripantu en tiempos reducidos, una mañana, un rato en el día, mientras tanto en estricto rigor este debería comenzar al atardecer del día antes, terminando al atardecer del día del we-tripantu cumpliendo de esa forma la ley natural, completar el circulo y despedir la noche del año que se va y recibir el inicio de la noche o madrugada del año nuevo, wüñoi y we-tripantu respectivamente, concluyendo con actividades colectivas. Pues la ceremonia del we-tripantu es familiar, eso significa que paulatinamente debemos retornar a la familia para fortalecernos con ellos en el día más relevante de los amaneceres que es el día del we-tripantu.
MANGEL / INVITACION:
Invitamos a todos los habitantes del hemisferio Sur a hacer suyo éste we-tripantu (año nuevo), más real y en concordancia con las normas naturales. Hacer de ella un punto de referencia para el reencuentro con la vida en coexistencia con la tierra, naturaleza, los espíritus y el tiempo. Pues ésta fecha que marca la renovación de los ciclos naturales en éste hemisferio no es propiedad de una u otra cultura, sino nos pertenece a todos aquellos seres que nacimos y cohabitamos en esta parte del planeta, humanos, animales, árboles, ríos, aves, insectos, océanos, entre otros.
Küme ayiukonpape tüfachi we-tripantu.
(Que comience con alegría este nuevo año)
Fuente: Werken.cl

Dime cómo haces y te diré qué quieres (Marx, Deleuze, Foucault... y Marx otra vez).



Apuntes de mi intervención en el encuentro intitulado «Precursores sombríos para otro(s) mundo(s) de posibles: prácticas, subjetividades, teorías», realizado el martes 19 de mayo de 2015 en el marco del Seminario gratuito Deleuze-Foucault 2015 que, organizado por el colectivo Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea, se llevó a cabo en la Biblioteca Popular Eduardo Martedí (Pasco 555, CABA). El encuentro consisitió en una mesa colectiva que compusimos Juan Salzano, Martín Jouer y yo, seguida de una extensa conversación entre todxs lxs asistentes.


0. Partimos de un hecho actual: el capitalismo. En el stop motion realizado por el colectivo Moi non pluspara este encuentro se escucha al Sub Marcos decir que el capitalismo se basa en la propiedad privada de los medios de producción, circulación y consumo. Y que no es sólo eso, pues la lógica del capital invade la totalidad de nuestras vidas cotidianas. Claro que, aun si fuera «sólo eso», tendríamos ya razón suficiente para querer destruirlo reemplazándolo por otra cosa. «Otra cosa» que no sabemos exhaustivamente qué es, pero sí sabemos qué no queremos que sea: se trata de emanciparnos como humanidad de toda relación de explotación y además se trata de liberarnos de toda relación de opresión (económica, sexual, de género, etaria, por mistificación, étnica, etc.), tanto las que son y las que fueron como las que vendrán.


1. Enfrentados a la tarea de destruir toda relación social de explotación y de opresión construyendo en su lugar relaciones sociales emancipatorias, la pregunta puede sonar dogmática: ¿Qué hacer? En lo inmediato, lo que haremos será desintegrar esa pregunta en otras tres: ¿quiénes?, ¿para qué? y ¿cómo? Esto es: pregunta por el sujeto o agente de la transformación en sentido emancipatorio [1]; pregunta por la finalidad o programa de esa transformación; y pregunta por las prácticas o la forma de organización. Las organizaciones que se reivindican revolucionarias suelen debatir en relación a las dos primeras preguntas (el sujeto puede ser campesino, indígena, fabril, desocupado, obrero-estudiantil, más o menos privilegiado, etc.; los objetivos, variar entre sí y/o en las etapas de su cumplimiento, etc.) mientras deja intacta la tercera porque el Partido la habría respondido con éxito en octubre de 1917. El problema es que precisamente la pregunta por el cómo, la pregunta por las prácticas, es la pregunta por la relación característica de la organización política: ahí –en y por esa relación– se subjetiva al presunto agente (individual y colectivo o, si se quiere, transindividual o transversal) de la emancipación.

2. Este problema ya era expreso en la I° Internacional (1864) y tuvo su despliegue práctico durante la Comuna de París (1871), la Guerra Civil Española (1936), la Revolución Húngara (1956), etc., pero nos interesa la modalidad de su emergencia en el mayo francés de 1968 porque este seminario se intitula «Deleuze-Foucault». Y fue mayo del 68 lo que empujó a Deleuze y a Foucault a estudiar dos objetos que no eran centrales en sus investigaciones hasta entonces: deseo y poder. En libros, esto quiere decir: El Anti-Edipo (Capitalismo y esquizofrenia I), escrito junto a Félix Guattari y publicado en 1972; y Vigilar y castigar (El nacimiento de la prisión), expresamente apoyado en El Anti-Edipo [2] y aparecido en 1975.

3. El Anti-Edipo presenta dos líneas de crítica teórica: crítica social a la familia privatizada como código hegemónico de inscripción de las conductas individuales y crítica política al sistema de explotación capitalista y sus modos de subjetivación mistificantes. Y una línea de crítica práctica: la crítica transversal dirigida al psicoanálisis, que apunta a ampliar y profundizar el conjunto de aportes teóricos y prácticos del psicoanálisis, conectando ese conjunto con otros campos del conocimiento y de la praxis militante hacia una «clínica universal» inseparable de una revolución socialista a escala mundial. Por eso las tareas positivas del esquizoanálisis tendrán dos blancos privilegiados: los grupos militantes y las relaciones amorosas. «Los revolucionarios a menudo olvidan, o no les gusta reconocer, que se quiere y hace la revolución por deseo, no por deber. Aquí como en todas partes el concepto de ideología es un concepto execrable que oculta los verdaderos problemas, siempre de naturaleza organizativa.» [3] El problema estriba en cómo nos organizamos, mediante cuáles relaciones llevamos a cabo cuáles prácticas.

4. Vigilar y castigar da por sentada «la tesis general de que en nuestras sociedades hay que situar los sistemas punitivos en cierta "economía política" del cuerpo» [4]. Esta economía política del cuerpo consiste en constituirlo como fuerza de trabajo en un sistema de sujeción [5]. El análisis de este sistema es lo que Foucault llama «microfísica del poder», análisis que corre paralelo a la microfísica del deseo enEl Anti-Edipo [6]. El estudio sobre la prisión y el panoptismo como modelo permite a Foucault afirmar que en la base de nuestras sociedades no está el contrato social sino la estrategia militar [7]: «La vigilancia pasa a ser un operador económico decisivo, en la medida en que es a la vez una pieza interna en el aparato de producción y un engranaje especificado del poder disciplinario.» [8] De manera que el problema, para este libro y lo que me ocupa, estriba en esa construcción cotidiana de una sociedad de vigilantes para la acumulación de capital.

5. A partir de El Anti-Edipo y Vigilar y castigar, el problema del cómo incorpora la microfísica del poder y el análisis del deseo como perspectivas críticas que permiten advertir fascismos y vigilancias en el seno de las propias organizaciones políticas y relaciones afectivas. De ahí las críticas contra las unidades identitarias y los centros directivos. De ahí, como respuestas prácticas, los rasgos comunes a ciertas organizaciones «de nuevo tipo»: horizontalidad; descentralización; coordinación; redes; unidad de la deliberación y la ejecución (autonomía); énfasis en la producción; pluralismo; democracia directa; finitud y mortalidad de los grupos; presuposición recíproca tanto de medios y fines, como de táctica reivindicativa y estrategia antagonista [9]. Aquí es donde esas obras confluyen con la crítica de la economía política.

6. En el stop motion que vimos entre los puntos 0 y 1 de este escrito escuchamos al Sub Marcos decir que no intercambiamos mercancías y capitales sino algo mucho más peligroso: experiencias, apoyos mutuos, historias. Las experiencias en las que he participado y participo tienen hoy sus lugares de reflexión y acción en el Nodo (www.nodocoorganizacion.com.ar), La Colectiva Radio(www.lacolectiva.org.ar), las revistas Dialéktica (www.revistadialektica.com.ar) y Amartillazos(www.revistaamartillazos.wordpress.com) y una serie de nueve o diez grupos de estudio gratuitos de los que menciono estos dos: el Taller de lectura de la obra de Deleuze (www.tlodeleuze.blogspot.com) y el Taller de lectura de El Anti-Edipo (www.elantiedipo.blogspot.com). Estas son las experiencias que pongo a consideración colectiva, en este seminario, para evaluar qué grado de importancia pueden tener «Deleuze y Foucault» para la política, aquí y ahora.


Mariano Alberto Repossi,
5 de junio de 2015.













[1] Es importante aclarar que el sentido del cambio o de la transformación es emancipatorio o libertario, porque si no las palabras «cambio» y «transformación» quedan tan indeterminadas que pueden servir a cualquier causa. Quiero decir que todo siempre puede cambiar o ser transformado para peor.

[2] Tras enlistar las cuatro reglas generales a las que obedece Vigilar y castigar, Foucault aclara: «Pero no tengo la pretensión de ser el primero que ha trabajado en esta dirección» y coloca esta nota al pie de página: «De todos modos, no podría ponderar por referencias o citas lo que este libro debe a G. Deleuze y al trabajo hecho por éste con F. Guattari.» Foucault, M., Vigilar y castigar (El nacimiento de la prisión), trad. Aurelio Garzón del Camino, Buenos Aires, Siglo xxi, 1989, p. 31.

[3] Deleuze, G. y Guattari, F., El Anti-Edipo (Capitalismo y esquizofrenia I), trad. Francisco Monge, Buenos Aires, Paidós, 1995, p 355. Ver también las pp. 110, 262, 323, 355-6, 358, 412-3.

[4] Vigilar y castigar, ed. cit., p. 32.

[5] Vigilar y castigar, ed. cit., pp. 32-3: «el cuerpo, en buena parte, está imbuido de relaciones de poder y de dominación, como fuerza de producción; pero en cambio, su constitución como fuerza de trabajo sólo es posible si se halla prendido en un sistema de sujeción [...]. El cuerpo sólo se convierte en fuerza útil cuando es a la vez cuerpo productivo y cuerpo sometido.» Ver también pp. 142, 146, 179-80, 224.

[6] El Anti-Edipo, ed. cit., pp. 189, 289, 293, 295, 299, 408.

[7] «Los historiadores de las ideas atribuyen fácilmente a los filósofos y a los juristas del siglo xviii el sueño de una sociedad perfecta; pero ha habido también un sueño militar de la sociedad; su referencia fundamental se hallaba no en el estado de naturaleza, sino en los engranajes cuidadosamente subordinados de una máquina, no en el contrato primitivo, sino en las coerciones permanentes, no en los derechos fundamentales, sino en la educación y formación indefinidamente progresivos, no en la voluntad general, sino en la docilidad automática.» Vigilar y castigar, ed. cit., p. 173.

[8] Vigilar y castigar, ed. cit., p. 180. Foucault reenvía entonces al análisis marxiano de la cooperación en el primer libro de El Capital (Crítica de la economía política).

[9] Por supuesto que estas organizaciones –si no queremos dedicar todos nuestros tiempos y energías a la persecución de efectos en lugar destinar algunas a atacar causas– no deben perder de vista el hecho actual del cual partimos: el capitalismo como razón suficiente de nuestro querer destruirlo, sustituyéndolo por relaciones sociales emancipatorias. Que Marx sea el autor central tanto en El Anti-Edipo como en Vigilar y castigar no es azar. (Y que Foucault y Deleuze no militaran su cotidianeidad laboral es una limitación de ellos que no tenemos por qué asumir como nuestra: si tomamos en serio mi chiste y su relación con el inconsciente, «cómo hacían» Deleuze y Foucault –con y más acá de sus escritos– es un índice de «qué querían».) El hecho indudable de que la táctica reivindicativa (luchar por la ampliación de derechos, por garantizar la venta de nuestra fuerza de trabajo, por incrementar nuestros salarios, por salud, educación, vivienda y seguridad estatales garantizadas, por la participación creciente en las instituciones burguesas de gobierno, etc.) sea necesaria no hace que sea suficiente: si la estrategia no apunta a abolir toda explotación y toda opresión, entonces apunta a cambiar algo para que nada cambie.