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domingo, 14 de febrero de 2016

El diario Página 12, cerca de cambiar de manos

Los accionistas del periódico negocian una fusión con los medios del sindicato de encargados de edificios que conduce Vïctor Santa María

MARTES 08 DE DICIEMBRE DE 2015 • 

El diario Página 12 podría cambiar de manos. Los accionistas del periódico y la Fundación Octubre de Trabajadores de Edificios, perteneciente al Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (Suterh), que conduce Víctor Santa María, avanzan en una negociación que podría terminar en la fusión del matutino con las publicaciones y emisoras de radio del sindicato, que además capitalizaría la nueva empresa y quedaría como su principal propietario. Fuentes de ambas partes reconocieron a LA NACIÓN las tratativas pero advirtieron que el acuerdo no está cerrado y que tampoco habrá una resolución inmediata.
De concretarse, la fusión daría como resultado un grupo de medios integrado por AM 750, FM Malena 89.1 Mhz, el semanario Diario Z y las revistas PIN, Planeta Urbano y Caras y Caretas. En torno del Suterh, Santa María creó una enorme maquinaria cultural que además de medios de comunicación incluye el Centro Cultural Caras y Caretas, la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) -cada una con su respectiva sala para espectáculos-, la Editorial Octubre, el fideicomiso de producción cinematográfica Filmar y la gestión del Club Sportivo Barracas, que preside el sindicalista y que logró recientemente el ascenso a la Primera C. Aunque pocos lo saben, "Intratables" -exitoso show televisivo enfocado en la política- fue puesto al aire inicialmente por GP Media, productora fundada por Gastón Portal cuya quiebra quedó en manos del grupo Octubre. En televisión, Octubre también buscó un acuerdo con la Uocra para operar de manera conjunta el canal Construir TV, que se emite por la televisión digital terrestre.
Según pudo saber LA NACIÓN, la reingeniería de Página 12 y el grupo Octubre -cuyo CEO es Francisco Meritello- incluye el relanzamiento del diario, que podría abandonar la militancia kirchnerista explícita que lo caracterizó estos años para retomar su agenda histórica estrechamente vinculada a los derechos humanos. Ernesto Tiffenberg podría dejar de ser el editor general del diario, cargo en el que lleva 21 años (entre 1987 y 1994 había sido subdirector) y aún no está definido cuál sería el papel que desempeñará en el futuro su principal columnista (y uno de los conductores de los contenidos y de la empresa), Horacio Verbitsky. Página 12 tiene algo más de 200 empleados y los domingos, su día de mayor circulación, vende unos 23.000 ejemplares. La empresa requiere una fuerte inversión en infraestructura tecnológica, sobre todo para la actualización de su sitio web y el lanzamiento de aplicaciones móviles.
Las tratativas están avanzadas pero un eventual acuerdo podría concretarse recién en enero o febrero próximos, cuando el panorama político y económico está más claro y los eventuales nuevos controlantes hayan visto y analizado la contabilidad del periódico. Sin embargo, la negociación ya incluyó algunos detalles como el proyecto de que algunas publicaciones del grupo Octubre -que en su rama editorial tiene unos 100 trabajadores- se conviertan en suplementos de Página 12, como la revista Caras y Caretas, que dirige el historiador Felipe Pigna.
Según contó Santa María en el ciclo Conversaciones de La Nación en noviembre pasado, "gran parte de los medios [del sindicato] se financiaron al principio con el aporte de la fundación Octubre. Además, tenemos muy buena relación con los distintos gobiernos en el tema pauta, incluido el gobierno de la ciudad. Y con algunas provincias que han ayudado a financiar nuestros medios. En el caso de El Planeta Urbano tenemos mucha publicidad de privados que reconocen allí un producto que es de calidad". En efecto, el 60% de los ingresos del grupo Octubre proviene de la pauta oficial -en sus variantes nacional, bonaerense y porteña-. Ese porcentaje se eleva hasta cerca del 100% en el caso de Editorial La Página SA, propiedad de Jorge Prim, Hugo Soriani y Fernando Sokolowicz. Este último y Santa María ya trabajaron juntos en el ámbito del cine y son socios en la AM 750.
También en el ciclo Conversaciones, en junio pasado, Sokolowicz había adelantado: "Después del 10 de diciembre va a cambiar la agenda y va a haber una situación totalmente distinta, habrá que repensarse. Creo que Página 12 debería recorrer un camino de búsqueda de nuevos capitales, de asociaciones de otros tamaños como lo pudo hacer Clarín con Goldman Sachs [en referencia a un acuerdo de 1999] o con grupos tecnológicos".
Ambos grupos estuvieron entre los más favorecidos en el reparto de la publicidad oficial estos años. Página 12 recibió al menos $ 248,1 millones entre el segundo semestre de 2009 y el primer semestre de este año sólo de la caja que reparte la jefatura de gabinete de la nación. En el mismo período, la Fundación Octubre cobró de esos recursos al menos $ 33,5 millones. La fusión -cuya forma jurídica definitiva aún no está clara- permitiría a ambas empresas sobrellevar un drástico recorte de esos fondos, algo que el nuevo oficialismo (que controla las tres principales jurisdicciones, nación, capital y provincia) prevé reducir drásticamente. Sin este u otro acuerdo, Página 12 sobreviviría en lo inmediato con fondos de pauta oficial que tenía reservados para la eventualidad de la derrota kirchnerista. Pero en el largo plazo, el matutino necesita resolver su ecuación económica, algo que estaría a punto de lograr de la mano de Santa María.
El principal objetivo de Santa María para este año quedó lejos: llegar a la dirección de Boca Juniors, algo que no logró aún cuando declinó su postulación para acompañar a José Beraldi (salió tercero, detrás de Daniel Angelici y Jorge Ameal). En el largo plazo, el líder de los encargados de edificios -que presidente el Partido Justicialista porteño, donde acogió a dirigentes de La Cámpora- quiere ser jefe de gobierno porteño. Actualmente, es parlamentario electo del Parlasur y uno de los 75 asambleístas capacitados para votar al próximo presidente de la AFA.
http://www.lanacion.com.ar/1852218-el-diario-pagina-12-cerca-de-cambiar-de-manos

La pregunta del millón: ¿Quién es el dueño de Página 12?

Las primeras referencias se remontan a los años de la dictadura. Un joven Fernando Sokolowicz, preocupado por esa Argentina brutal, se acerca a los organismos de derechos humanos, llevado por sus convicciones y su fe: integra el Movimiento Judío por los Derechos Humanos. Así fue como Fernando Sokolowicz comenzó a trabajar en el área de presos políticos y a frecuentar, con esa misión, cárceles, abogados, políticos y periodistas; los mismos que hoy lo recuerdan más por sus gestos que por sus palabras.
La llegada de la democracia lo encontró al frente de un negocio aserradero próspero, pero sin proyectos épicos. Fue allí cuando Jorge Lanata y Ernesto Tiffenberg lo invitaron a convertirse en financista de un diario. Tendría ocho páginas, saldría de martes a sábado y contaría con el entusiasmo de un grupo de jóvenes periodistas que ya habían compartido la experiencia de la revista El Porteño. Sokolowicz dio el sí y se convirtió en el principal accionista. A cambió, sólo reclamó un lugar en las marquesinas: desde el primer día Página 12 lo presentó como su editor responsable.
Sin embargo, Sokolowicz nunca abandonó sus oficinas -ubicadas a apenas dos cuadras de la primera redacción del diario- y su bajísimo perfil, que por entonces fue interpretado como una virtud escasa: su rol no interferiría en los contenidos del diario.
Pasó un año, varios levantamientos carapintadas, , pasó un Alfonsín, pasó un Yoma Gate, y tantísimas cosas más que convirtieron a aquella aventura en un negocio inimaginable. Página 12 se transformó en el tercer diario de venta a nivel nacional (rozando con sus ventas los 100 mil ejemplares) y sus efectos en el resto de la prensa no solo eran inmensos, sino imprevisibles. Y, por lo tanto, incontrolables.
El copamiento del Regimiento de La Tablada selló la grieta que todavía hoy sacude los cimientos de esa postal de una Argentina cuyos secretos son todavía inconfesables. La cercanía de algunos de los integrantes del Movimiento Todos por la Patria con Sokolowicz nunca quedó totalmente revelada. ¿Eran relaciones criadas en aquellos años de militancia humanitaria? ¿Eran, tal vez, acuerdos económicos cuyas implicancias Sokolowicz jamás sospechaba? Las dos preguntas fueron formuladas por varios responsables periodísticos del diario, al día siguiente del copamiento, ante un Sokolowicz de gesto adusto, incómodo, pero imperturbable. Contestó con el estilo que más lo representa: pocas palabras, todas vacuas.
El desenlace llegaría años después, cuando la hiperinflación y las cíclicas crisis sumaron a aquella grieta en la confianza, un problema económico que dejó, no sólo al diario, sino al país al borde del colapso.
“Estamos de rodillas”, dijo entonces y premonitoriamente Roberto Dromi, aquel ministro de Obras y Servicios Públicos, a cargo de todo el incipiente negocio de las privatizaciones. Y Sokolowicz se arrodilló, como todos, en secreto.
La negociación con su principal competidor, el diario Clarín, en el reparto del negocio y el mercado nunca estuvo clara. Nadie sabe cómo, ni por cuánto, ni por qué, pero nos consta que el acuerdo se realizó e incluyó dejar en la marquesina a Sokolowicz, inmutable en su rol de editor responsable.
Despidos, conflictos, ajustes y después, la operación fue un éxito desde todo punto de vista. Nadie se enteró de nada, excepto los lectores que lo fueron abandonando, quizá por ya no encontraban en sus páginas lo más importante: no un escándalo o dos, sino un concierto de libertad de expresión al frente del cual brillaba una docena de tenores inolvidables. Las cifras son claras: la principal empresa de pautas publicitarias, Latin Track, le adjudicaba antes de la crisis del 2001 una venta de 35.700 ejemplares. Algunos distribuidores aseguran que esa cifra cayó este año a la mitad. Y la ong Poder Ciudadano en su informe sobre el reparto de la pauta oficial de publicidad dado a conocer a fines de 2004 le atribuye una venta de apenas 10.000.
Luego del acuerdo con Clarín, Sokolowicz se refugió en la realización de videos, documentales y la producción de películas. Formó, para eso, una empresa (otra y diferente a la responsable de Página, llamada Aleph Producciones) y desde allí se entretuvo con proyectos puntuales, pequeños, olvidables: la vida del Che, dirigida por Juan Carlos Desanzo, y Operación Fangio, de Alberto Lecchi formaron parte de sus coproducciones cubanas.
Hacia finales de los 90, la guerra de los medios tenía dos grandes protagonistas: en este rincón, Clarín, poderoso y absoluto; en el otro el CEI, con un Raúl Moneta desafiante, que había acumulado, entre otras cosas, Editorial Atlántida y Telefé. Curiosamente, la única columna firmada por Sokolowicz en Página fue contra un Moneta que lanzó -en un programa televisivo- comentarios antisemitas. Fue publicada el 13 de diciembre de 1996 y comenzaba así: “Raúl Moneta cree que todo se consigue con dinero. Con dinero, y hay que reconocerlo, con la nunca despreciable ayuda de su amigo Carlos Menem”.
Poco tiempo después, el dinero fue justamente lo que llevó a Sokolowicz a asociarse con Daniel Vila, principal responsable del Grupo Vila, propietario de la señales de cable de Supercanal (con negocios en varias provincias argentinas, la República Dominicana y Bolivia), el Diario Uno, de Mendoza, La Capital de Rosario y varias radios. Uno de los accionistas de este grupo era Jorge Mas Canosa, miembro de una familia de larga tradición anticastrista, residente en Miami. El director del grupo Vila era José Luis Manzano.
Sokolowicz vendió su empresa productora al grupo Vila, quien lo dejó al frente como director general. La noticia fue publicada por el ya desaparecido diario Perfil y muy pocos pudieron leer su significado entre líneas. En realidad, Vila por entonces era un aliado estratégico de Moneta en su Mendoza natal. Apenas unos días después, la plana mayor del CEI concurrió a un acto en el Salón Blanco de la Casa Rosada, con Carlos Menem como anfitrión y Richard Handley y Raúl Moneta sonrientes en la primera fila. Una butaca más atrás, podía verse en las fotos a Daniel Vila. Y a su lado, a Fernando Sokolowicz, incómodo por tantos flashes. Un empresario presente calificó la postal como una verdadera puesta en escena, dedicada al Grupo Clarín.
La ruta del Grupo Vila con el poderoso conglomerado económico que representa el Grupo Mas Canosa parece estar trazada por la mano de Manzano. Mas Canosa representaba a la familia líder de la línea dura anticastrista, antidialoguista y sostenedora del bloqueo económico a ultranza. Su pater familia murió y, con él, comenzó el debate postergado: ¿Cuánto tiempo le queda a Fidel? ¿Cuándo, entonces, conviene acercarse? ¿Conviene mostrar los dientes o usar las guantes, para desembarcar con empresas a la isla ahora, que está quebrada y desesperada?
Esta discusión no es tan lejana. Si la respuesta partía de la línea “blanda”, el dinero de las inversiones tendría como prioridad la ruta cubana. Si, en cambio, triunfaba la oposición rabiosa, el dinero estaba disponible para invertir en aquellos negocios que más les interesaba: la comunicación, las campañas, la opinión pública. Un estratégico know how en el que el grupo necesitaba entrenar. Un experto en el tema simplificó así la cuestión: “el grupo solo tiene una condición: invertirá en aquel país que demuestre, siempre que haga falta, que Cuba con Fidel permanecerá aislada. El resto, son business”.
Business, entonces, lo llevaron a invertir en radios y periódicos argentinos, apostando una ficha acá y otra más allá hasta acumular en un mismo tablero varias líneas. Sin embargo, los negocios se complicaron. Así lo sintetiza la revista Poder, de Miami:
“En octubre de 1995, MasTec (propiedad de los Mas Canosa) adquirió una participación del 33 por ciento en Supercanal S.A., una empresa de televisión por cable en Argentina de propiedad de Daniel Vila -un empresario de la ciudad de Mendoza- y José Luis Manzano -ex ministro del Interior del gobierno de Carlos Menem. Manzano había sido acusado de corrupción durante su paso por el gobierno y estuvo en los Estados Unidos en un autoexilio durante el cual estableció lazos estrechos con la familia Mas Canosa. A su regreso a la Argentina se vinculó con la empresa de Vila y comenzó una compra frenética de empresas de comunicación que llevó a Supercanal a convertirse en el tercer operador más importante de Argentina. Vila y Manzano están ahora demandados en un juzgado de Mendoza por lavado de dinero. Además, la Sindicatura General de la Nación -Sigen- concluyó una investigación sobre el entramado de compañías adquiridas por Supercanal en la que señala la “posible existencia de hechos con presuntas derivaciones de orden tributario”, y la “presencia de actos jurídicos que entrañan interrogantes sobre el origen de los fondos de las personas jurídicas que celebraron los contratos obrantes en los expedientes analizados”. Y presentó una denuncia ante la justicia argentina. La Sigen analizó 51 expedientes que se encontraban en poder del Comité Federal de Radiodifusión. También el Grupo Vila fue analizado en el Informe Carrió. Los legisladores documentaron las sucesivas compras, ventas y fusiones de sus empresas y concluyeron que constituyen una operación sospechosa de lavado.
A fines de 2000, Supercanal Holding entró en concurso de acreedores por 500 millones de dólares. A las investigaciones sobre el origen de sus fondos sumó un juicio iniciado por el tradicional propietario de La Capital de Rosario, quien los denunció por desviar préstamos y recursos del diario hacia empresas fantasmas, hasta dejarlo totalmente endeudado.
A esta altura, las apariciones públicas de Sokolowicz tuvieron otro escenario oficial: concurrió a la asunción como vicegobernador del que luego se convirtiera en intendente de Córdoba, Germán Kammerath, el ex secretario de Comunicación de Menem, responsable de las adjudicaciones de licencias que, entre otras cosas, le permitieron obtener Radio 10 a Daniel Hadad.
Hadad vendió su participación en esa radio a un consorcio norteamericano y luego, concretó una sociedad para adquirir el diario económico BAE, junto a Sergio Spolski, el ex miembro del Banco Patricios. Fue en noviembre del 2001 cuando esta sociedad adquirió el paquete minoritario de las acciones, con opción a quedarse con la totalidad en un año y medio. En ese momento esos fueron las datos que se anunciaron, pero luego Hadad informó que de esa sociedad también participó Sokolowicz.
Con Spolski, Sokolowicz estuvo relacionado cuando adquirió la señal de cable El Aleph, dedicada a la comunidad judía.
La compra de Azul Televisión dejó finalmente al descubierto las alianzas que teje y desteje el dinero. La operación se concretó de la siguiente manera:
  • La compra del canal fue por un total de 34 millones de dólares. Al contado se pagaron 3 millones, 9 se pactaron a desembolsar a 4 años y el resto era el pasivo de esa emisora, que alcanzaba los 22 millones de dólares.
  • La sociedad que adquiría de esta manera Azul Televisión estaba compuesta en un 50% por Daniel Hadad y en otro 50% por Sokolowicz y Benjamín Vijnovsky.
El nombre de Benjamín Vijnovsky recién fue revelado el 13 de julio de 2002, cuando Página 12 publicó una nota de Horacio Vertbisky donde reveló quién era el tercer integrante de la sociedad HFS S. A., flamante adjudicataria de Azul: Vijnovsky era gestor de negocios del Grupo Meller “rostro visible del menemismo en las privatizaciones de agua y gas”. Verbitsky menciona que los interlocutores oficiales del socio de Hadad y Sokolowicz eran Eduardo Bauzá, Humberto Toledo y José Luis Manzano.
Poco tiempor después, en un reportaje publicado por la revista Noticias, Sokolowicz da la siguiente versión de su relación con Hadad:
-¿Cómo conoció a Hadad?
-Lo conocí a través de Sergio Szpolski (actual editor del diario universitario La U), hará unos ocho meses. Sergio estaba en el BAE desde hacía un año, me contó el proyecto y le dije que, a mi juicio, era un diario muerto. Volvió a los meses, planteando que tenía a Hadad y a Laje interesados y le dije que ahí le podía cerrar más, por la llegada que ellos tienen al establishment y la capacidad de Hadad en los negocios radiales. Ahí me lo presentó, en el Caesar Park. No invertí en el diario (N de R: se refiere a BAE). Sí se incorporó mi hijo Gastón, con algunas acciones, desde su empresa independiente.
A los pocos meses, Sokolowicz abandonó la sociedad con Hadad en Canal 9.
En agosto de 2003 una noticia publicada en España informó acerca de sus nuevos planes:
“El sitio español ElConfidencial.com reveló que el empresario de medios Fernando Sokolowicz integró la comitiva oficial que viajó a Europa con el objetivo de entablar negociaciones con el Grupo Telefónica para la compra de Telefé y Radio Continental. Al mismo tiempo que el presidente Néstor Kirchner se reunía con los empresarios españoles en la sede de la CEOE y les echaba las culpas de las crisis por la que atraviesa el país, un grupo de empresarios argentinos, también en Madrid, se entrevistaba con ejecutivos de Telefónica de España para, una vez más, tratar de averiguar si el canal de TV abierta (el de mayor audiencia en la Argentina) estaba en venta y cuál era su precio. Liderados por Sokolowicz, este grupo de empresarios habría participado de un encuentro que, según admitieron fuentes cercanas, dejaron las puertas abiertas para avanzar en las tratativas”.
Pero lo más interesante de esta información es la opinión que recoge ElConfidencial.com del empresario Sokolowicz y para qué le sirvió exhibir durante ese viaje su relación con el presidente Kirchner:
“Al otro lado del Atlántico, en un principio, no dieron mucha credibilidad a las intenciones del empresario argentino. Pensaron que era un farol. Por este motivo, se sorprendieron al enterarse de que Sokolowicz y sus acompañantes habían formado parte de la delegación que acompañó a Kirchner en su visita a España (también habían estado junto al presidente argentino en la escala francesa). Con este aval, las acciones de Sokolowicz suben en su cotización. Además, el empresario aprovechó la oportunidad para insinuar que el gobierno de Kirchner vería con buenos ojos el regreso de Telefé y Radio Continental a manos argentinas”.
Radio Continental fue vendida, finalmente, en diciembre de 2004. La empresa Telefónica confirmó la venta al grupo Prisa (conocido por ser el editor del diario El País) por 10.5 millones de dólares. Mediante un comunicado la compañía española afirmó que:
“En cumplimiento del principio de acuerdo alcanzado entre las partes, el Grupo ATCO, filial de Telefónica de Contenidos, S.A., ha suscrito en el día de hoy el contrato de venta del 100 % del capital social de las compañías Radio Continental LS4, S.A. y Radio Estéreo, S.A.- sociedades operadoras de radio en Argentina del Grupo Telefónica- a las compañías del Grupo PRISA, GLR Services Inc. y Corporación Argentina de Radiodifusión S.A., por el precio de 10,5 millones de dólares”.
Antes de concretarse esta operación se había hecho público el interés del diario La Nación de participar de la sociedad. Esta fue la versión publicada por el Cronista Comercial acerca de el pre acuerdo entre La Nación y el grupo Prisa:
“Los propietarios del diario La Nación de Argentina quieren ser socios del grupo español PRISA, para adquirir juntos a Radio Continental, actualmente en manos de la empresa Telefónica. La empresa de telecomunicaciones está esperando que Prisa arme el andamiaje legal para concretar la operación. Y, en ese sentido, La Nación formará parte del consorcio comprador.
´Tenemos voluntad de entrar en medios. Hubo reuniones con Prisa. Nuestro interés es tener participaciones minoritarias en radio y televisión´, explicaron fuentes de la compañía de los Saguier al diario El Cronista. Una vez saneada la empresa, la intención es volver a armar un multimedios. En la operación, podría haber un tercer empresario de los Estados Unidos, que las partes no identificaron.
De esta manera, al estar amparados en el Tratado de Protección Mutua de Inversiones, la Ley de Bienes Culturales, que impediría la adquisición de medios argentinos por parte de empresas extranjeras, no sería un inconveniente.
El multimedios de Polanco, que ya ganó la licitación para operar cinco radios en el interior del país y tiene participaciones en Chile, Colombia y otros mercados de América latina, cuenta con la bendición del Gobierno, gracias a la aceitada relación entre el presidente Néstor Kirchsner y su par europeo José Luis Rodríguez Zapatero.
La intención de Prisa es armar un multimedios que pueda competirle al grupo Clarín”.
A esta altura, está claro que el laberinto de intereses hace difícil contestar preguntas que deberían cosechar respuestas sencillas. Por ejemplo y solo para volver a centrarnos en este caso:¿quién es el dueño de Página 12?.
Es una de las tantas preguntas que revelan la falta de información con la contamos para saber quiénes son los dueños de la verdad en esta increíble Argentina.

http://www.lavaca.org/notas/quien-es-el-dueno-de-pagina-12/

GRUPO CLARÍN: EL GRAN MONOPOLIO ARGENTINO



Cuando el poder empresario empezó a darse cuenta que podía avanzar sobre los medios de comunicación y establecer relaciones con el poder político de tal manera que a través de sucesivas disposiciones legales (llámense decretos de necesidad y urgencia) o leyes concebidas al amparo de la última dictadura, comenzó entonces una carrera por alcanzar papeles dominantes en la prestación de servicios de la comunicación.

Argentina es el cuarto país en el mundo en penetración de la TV por cable por hogar detrás de E.E.U.U., Canadá y Dinamarca. El desarrollo del cable en nuestro país tuvo inicio en la década del 80 y se apoyó en dos ejes: la implantación de zonas rurales del interior y de zonas semi-rurales distantes que carecían de servicios de TV por antena. Hacia 1988 antes de la etapa de las privatizaciones se estimaba que había solo 500.000 suscriptores de cable.

En la actualidad se calcula que hay más de seis millones de abonados en el país. Estas empresas, alrededor de 700, facturaron en el año pasado (2008) alrededor de $ 2.552.000.000 (dos mil quinientos cincuenta y dos millones de pesos). La facturación del último ejercicio de “Multicanal” fue de $ 638 millones y de la “Cablevisión” de $ 883 millones de pesos. Por cantidad de abonados en el ranking sigue “Supercanal” del Grupo Vila (mendocino) con 404.500 abonados: DirecTV tiene 440.000 abonados y “Telecentro” del empresario duhaldista Alberto Pierri tiene 200.000 abonados.

Alberto Pierri

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la concentración del Grupo Clarín alcanza el 85%.

Pero vayamos directamente al como se consolidó el Grupo Clarín a través de los distintos gobiernos.

Los primeros pasos del holding hacia la inserción y posterior expansión en el mercado de las comunicaciones comenzaron en la dictadura militar. Con el objetivo de dejar de depender de los insumos extranjeros para poder publicar diarios o revistas, los principales periódicos del país obtuvieron de gobierno dictador de Juan Carlos Onganía la decisión de construir la planta de “Papel Prensa”. Se crea entonces el fondo para el desarrollo de la producción de papel celulosa (Decreto Ley 18.312 de agosto de 1969). Y se fija una “Tasa” de contribución del 10% a la importación de papel hasta montar una fábrica de papel argentina. De esta manera TODOS los diarios del país pagaron durante 10 años el 10% de sus importaciones de papel. Más adelante la protección arancelaria para la importación de papel aumentaría 49% por lo que la empresa se convertiría en la única alternativa posible para la adquisición de papel por parte de cualquier diario.

Para el año 1977 Papel Prensa estaba constituida de forma cuatripartita: sus acciones se repartirían en forma equivalente entre los diarios Clarín, La Nación, La Razón y el Estado nacional. O sea que tres empresas del rubro periodístico se quedaron a un precio irrisorio (el traspaso de las acciones se había hecho a un precio tres veces menor del valor real), se quedaron decía con la planta que todos lo periódicos del país habían pagado durante diez años. Primera estafa de los comunicadores de la verdad que consumen los argentinos. El diario La Razón como consecuencia de su quiebra en los años 80, le vendió todas sus acciones al holding de Papel Prensa. Sin embargo el paquete accionario en vez de costar 20 millones de dólares, le costo al grupo solo 6 millones de dólares. Más tarde en años 90 la cámara de apelaciones iniciaría juicio político al juez Foiguel López por haber autorizado la venta de las acciones a precio vil. Por supuesto no hubo nunca resolución al respecto. Segunda estafa de los grupos más “serios” en materia de la información de la que se nutren y opinan los argentinos.

Pero sigamos con el “Grupo Clarín”. Luego de la derrota de Malvinas, a diferencia de los otros medios, que habían apoyado a la dictadura y ahora corrían a alinearse con los nuevos tiempos democráticos, “Clarín” consideraba que aún había algo más que negociar con el Gral. Bignone, el último presidente de facto, y el objetivo eran nada menos que las acciones del Estado de Papel Prensa S.A. y Bignone redactó el decreto de venta de las acciones del Estado al Grupo Clarín por sólo 6 millones de dólares. Este acuerdo sería anulado por Raúl Alfonsín al estimar que la parte del Estado valía por lo menos 25 millones de dólares. Para esta época “Clarín” ya tenía participación accionaria en la agencia Diarios y Noticias y controlaba la impresión de libros y revistas desde “Artes Gráficas” Rioplatense S.A. También fue para la década del 80 que Clarín compro “Radio Mitre”, muy a pesar de que la ley de radiodifusión 22.285 prohibía a los dueños de diarios ser propietarios, socios o tener vinculación alguna con una emisora de radio o televisión. “Radio Mitre” pertenecía a una sociedad formada por Pablo Gowland, Joaquín Oteiza, Julio Moyano y Víctor Dapiche. Moyano también era el responsable artístico de la radio. Ante la debacle económica y la abultada deuda que la sociedad tenía con el “Banco Mariva”, en el cual también tenía participación accionaria “Clarín”, Julio Moyano vende sus acciones a fines de 1985. Sus socios al desaparecer el principal operador de la emisora, deciden transferir sus acciones a “Clarín” a pesar de estar prohibido por la ley aún vigente. Entre fines de 1985 y comienzos del 86, el directorio de Radio Mitre cambió su composición e ingresaron dos nuevos integrantes provenientes del “Banco Mariva”, Abel Maloney, redactor de “Clarín” y posterior gerente general de la emisora, fue la cabecera de playa para definir quienes quedarían en la emisora y a quienes se despedirían. La 790, o sea “Radio Mitre” había empezado a pertenecer a “Clarín” en violenta infracción al artículo 6 de la ley de Radiodifusión, pero el gobierno radical de entonces miró para otro lado.

Con la Ley de Reforma del Estado 23.696, por medio de la cual se enajenó vilmente al país, se les permitió, Menem mediante, a las empresas periodísticas el acceso a las licencias de Radiodifusión. Con lo cual, el primer paso hacia la privatización, previo a las Telefónicas o Aerolíneas, fue la convocatoria por parte del Estado a concurso público para la adjudicación de las licencias de las emisoras de Canal 11 y de Canal 13. Esta operación iba a convertirse en símbolo de una estrecha relación entre el Grupo Clarín y el modelo rentístico y no periodístico impulsado por la administración central. Con las nuevas normativas vigentes, propulsadas por Menem el “holding” volvía a encontrar las reglas de juego a su favor para profundizar el proceso de concentración económica, expansión y supremacía en el mercado comunicacional.

En 1992 el “holding” realiza dos adquisiciones importantes que lo posicionarían en forma privilegiada dentro del mercado de la telefonía móvil y de la televisión por cable. A través de la asociación con el grupo estadounidense GTE, explota la Compañía de Teléfonos del Interior CTI, actualmente denominada “Claro” comprada por el grupo “América Móvil” del mexicano Carlos Slim.

Por otra parte el holding “Clarín” adquirió el sistema de TV por cable “Video Cable Privado”, que más tarde pasó a ser Multicanal y que hasta el año 2000 fue la principal operadora de cable en la Argentina y en América Latina. Según el Decreto 264/98, los prestadores del servicio de telefonía básica y de larga distancia debían ser operadores de telefonía móvil y de redes físicas de TV por cable, con lo cual el Grupo Clarín ya se encontraba habilitado y compitiendo con Telefónica y Telecom, entre otros.

En esos años aparece Carlos Avila, con los derechos de televisación del fútbol argentino, cedidos por la A.F.A. por cinco años. Previo pago de derechos la A.F.A. debía autorizar que cada viernes se enfrentara un equipo grande con uno chico, para poder vender el “paquete” en el interior.

Carlos Avila

Al poco tiempo, nacen dos empresas: Televisión Satelital Codificada (T.S.C.) y Telered Imagen S.A. (TRISA). En pocas semanas ya era Clarín quien tomaba las decisiones en A.F.A. manejando los fixtures y también la comisión de árbitros para asegurar que siempre un equipo grande estuviera luchando por un título y tener asegurada la audiencia. La creación del diario deportivo Olé y la creación de un canal deportivo, “TyC Sport”, fueron la natural evolución del proceso.

En 1999 el Grupo Clarín se constituye como una sociedad anónima siendo sus accionistas mayoritarios Ernestina Herrera de Noble (segunda esposa de Roberto Noble, el fundador de Clarín) Héctor Horacio Magnetto, Juan Antonio Aranda y Lucio Rafael Pagliaro. Posteriormente se vendió el 18% de las acciones del grupo financiero Goldman Sach Group por un monto de 500 millones de dólares. Los que le permitió al holding Clarín reducir sus pasivos y contar con una nueva fuente de financiación. Conviene aclarar aquí que el grupo junto con el banco de inversión Goldman Sach es uno de los grupos de inversión más grande del mundo y a su vez fue el banco intermediario del famoso “Megacanje” de Cavallo durante el gobierno de De La Rúa con el cual se agigantó la deuda externa. Héctor Magnetto el principal operador del Grupo Clarín y tenía también en esa época el control del nuevo diario Página 12, porque molestaba demasiado a Menem. Y por seis millones de dólares de entonces se apoderó del control accionario que luego sería vendido a Spolky.

Todo este proceso de fusiones y compras iban a significar un enorme endeudamiento del Grupo Clarín… este grupo que había sido beneficiado por las calificaciones financieras internacionales había conseguido crédito externo, a tasas internacionales, sin el “spread” adjudicado por el “riesgo argentino”. Pero la debacle económica de nuestro país en el 2001 colocó al holding en una situación financiera muy difícil. En el 2002 el Decreto 1269/02 modifica la ley de sociedades comerciales Nº 19.550 que en artículo 206 preveía que la reducción de una sociedad es obligatoria cuando las pérdidas insumen las reservas y el cincuenta por ciento del capital. Una sociedad sin capital no puede entre otras cosas, llevar a cabo su objeto, ni ofrecer a los terceros acreedores la garantía al cobro de sus créditos, motivos por el cual la ley dispone su disolución.

No obstante, el nuevo decreto suspendió tal artículo atentando así contra uno de los principios básicos de la ley de sociedades. Dicha suspensión era temporal, pero en 2003 un nuevo decreto disponía una prorroga hasta diciembre de 2004 por entender que el Estado de emergencia pública se mantenía.

Durante el gobierno de Eduardo Duhalde las empresas más poderosas endeudadas, entre ellas el Grupo Clarín, ejercieron la influencia necesaria para que la pesificación se entendiera a las deudas contraídas con la banca local. Esta nueva disposición legal, pero no justa, le permitió al holding Clarín la licuación de pasivos con el sistema financiero local por un monto total de US$ 56.800.000 (cincuenta y seis millones, ochocientos mil dólares).

Las modificaciones de sistema legal a favor de Clarín durante el gobierno de Duhalde no cesarían y así se llega a la sanción de la Ley de Preservación de Patrimonios Culturales 25.750, bautizada por el diario “Ámbito Financiero” como la “Ley Clarín”. O sea que la devaluación por la cual le permitió al holding “licuar” sus deudas nacionales era de más de mil doscientos millones de dólares (casi el presupuesto de la Ciudad de Buenos Aires en el 2003).

La ley concedida graciosamente por el Congreso Nacional rezaba que… “La propiedad de los medios de comunicación debe ser de empresas nacionales, permitiéndose la participación de empresas extranjeras hasta un máximo del 30% de capital. De esta manera Clarín evitaba que sus acreedores reclamasen la propiedad de algunos de los medios pertenecientes al grupo a cambio de la deuda contraída (el denominado “Gran Down”) lo cual significó una sólida base desde la cual negociar la deuda con acreedores que ya sabían de antemano que no podían hacerse del activo para el cual habían prestado mucho dinero. Paradójicamente la fiscal Gil Carbó ha denunciado que el Grupo Clarín ha violentado la ley de patrimonios culturales en relación a la posesión del 40% del paquete accionario de cable visión por parte del grupo extranjero “Fintech”.

Hernestina Herrera de Noble

En el año 2005 una nueva medida oficial vuelve a beneficiar al Grupo Clarín. Es sancionada en la ciudad de Buenos Aires la Ley 1.877 que regula la instalación en el espacio público aéreo de redes de TV por cable y sus servicios complementarios. En la nueva norma, aquellos prestadores que ya poseyeran una red operativa en funcionamiento, entre los que se encontraban “Cablevisión y Multicanal”, podrían mantener sus redes en el aire en casi todo el terreno asignado, mientras que las futuras empresas (obvio competidoras), que pretendieran prestar el servicio de TV por cable debían instalar sus redes bajo tierra. Pero hay más aún. Como el plazo de diez años para soterrar todo cableado, ordenado por el ex–intendente Jorge Domínguez, vencía el mismo 2005, la disposición de Aníbal Ibarra prorrogaba ese plazo y exoneró a las empresas tanto de pérdida de sus licencias como de las abultadas multas que debían ser abonadas por incumplimiento.

En la actualidad la estrategia del Grupo Clarín en muy clara: generar, magnificar o aprovechar las debilidades de las distintas administraciones gubernamentales para socavar su poder y después extraerles concesiones desde una posición de fuerza. Por eso gobiernos que fueron doblegados por el grupo le concedieron la autorización activa o pasiva de medios cuya posesión simultánea está prohibida en todo el mundo democrático, también le permitieron la licuación de deudas que lo hubieran llevado a la quiebra, el control de la producción del papel subvencionado por el Estado, la asignación de la mayor pauta publicitaria so pena de amenazar con tapas destituyentes.

Y ahora el último botín por el cual va el grupo es la última tecnología en las comunicaciones, el famoso triple-play. O sea un servicio que combina la señal de televisión, telefonía e Internet en una sola línea. En la Argentina Telecentro es el primer cable operador que ofrece triple-play en su concepción original. El Grupo Clarín lanzará su producto en el 2010.

En la Argentina, si no se aprueba la nueva Ley de Radiodifusión, ya no habrá más libertad de prensa, sino de empresa.

MEDIOS Y PORCENTAJES EN ACCIONES DEL HOLDING CLARÍN
Goldman y Sachs (banca financiera) 18% GC Dominio (Herrera, Magnetto, Aranda, Paglioto)

Agea 75% - Ferias y Exposiciones 75%. Diario Olé y Revista Genios.

Editoras de Revistas S.A. Revista Elle 75%.

La Razón 75%.

Radio Mitre y F.M. 100 100%.

Diario Clarín Ubi 100%.

Cable Visión 60%.

Fibertel 100%.

Canal 13 TV y Multicanal 100%.

Fintech 40%.

Fullzero, Flash y Ciudad Internet 100%.

Impiprost 50%.

Inversora de Eventos –Teledeportes. Compañía de medios digitales- 100%.

Agencia DyN de Noticias 25%.

Papel Prensa 50%.

Diario La Voz del Interior de Córdoba. Diario Los Andes de Mendoza 100% c/u.

TN canal de noticias 100% Canal Volver. Multideporte. Magazines. Canal 7 Bahía Blanca 100% c/u.

Artear Argentina 99.2%.

Polka 30%.

Patagonik 50%.

Canal Rural TV 50%.

TRISA S.A. TyC Sport 50%.
Composición de papel prensa en el 2007
Clarín 49%.

La Nación 22%.

Estado Nacional 28%.

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