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miércoles, 25 de febrero de 2015

10 usos del café que no conocías

Ser un perfecto exfoliante para la piel y purificar olores del refrigerador son sólo algunas de las ventajas desconocidas de tener café en casa. La siguiente lista te abrirá los ojos a un mundo nuevo de posibilidades junto al café.
3 usos del café que no conocías
El café tiene un aroma sin igual, prácticamente a todas las personas nos encanta el café de cualquier forma, caliente o frío, dulce, no tan dulce, y más. Pero… ¿sabías que el café tiene muchísimos más usos además de consentirnos todas las mañanas con su rico sabor y olor? Sí, por ejemplo, puede ayudarnos a eliminar los malos olores de nuestra nevera, sanar heridas de nuestro cuerpo, quitar malos olores de nuestras manos, e incluso funcionar como remedio cobra la celulitis.
Además de los beneficios que nos brinda el café como la prevención de enfermedades, el aporte de energía y la sensación de bienestar que causa en quienes lo consumen, también es un elemento  perfectamente ideal para combatir esos problemas a los que estamos expuestos en nuestra vida cotidiana.

Para purificar los olores de la nevera

Podemos usar tranquilamente el café para eliminar malos olores de la nevera. Basta con echar un poco de café puro en al menos dos vasos y dejarlos en la nevera. Lo vasos de café absorberán los olores dejando nuestra nevera purificada.

Limpiar las manos (quitar malos olores)

La cocina nos deja olores muy molestos muchas veces después de cocinar, y el café funciona como un limpiador predilecto para estos casos. Basta con que frotemos nuestras manos con café (preferiblemente usado) y luego enjuagarnos con agua tibia.

Prevenir y reducir la celulitis

Sí, el café funciona para intentar eliminar la celulitis, esas bolsas de grasa que muchas personas odian. Para ello bastará con utilizar los restos del café preparado por la mañana mezclándolo con aceite de coco y frotándolo sobre la piel afectada.

Como fertilizante

No sólo los desechos alimenticios o desperdicios orgánicos de los animales sirven como fertilizante para plantas, ¡también funciona el propio café! De hecho, funciona muy bien si se mezcla con semillas y luego se siembran en conjunto. Haz la prueba.

Conseguir un cabello brillante

Aunque realmente son pocas las personas que lo saben, el café puede ser felizmente utilizado para aumentar el brillo del cabello consiguiendo así un aspecto mucho más saludable que seguro querrás lucir. Basta con que lo mezclemos con el enjuague y luego lo apliquemos por varios minutos, retirándolo con agua.

Como tinte natural

Te lo dijimos, el café tenía muchos más usos además de poder beberlo. Podemos utilizarlo como tinte natural para, por ejemplo, teñir papeles, tela, y hasta nuestro propio cabello si se tiene paciencia. Sólo hay que dejar un buen rato con un poco de café tibio con la prenda de ropa o papel hasta que empiece a brotar su color.

Inhibidor para chimeneas

¿Cuántas veces se esparció por todo el lugar el inmenso polvo de cenizas de tu chimenea al limpiarla? Con un poco de café húmedo esparcido alrededor de la chimenea lograrás evitar que las cenizas ensucien tu hogar.

Como exfoliador para la piel

El café, además de reducir la celulitis como te lo contamos arriba, también funciona a la hora de purificar la piel, pues gracias a su textura sirve como exfoliante eliminando impurezas varias. Bastará con mezclar un poco de café en polvo con aceite de olvida y frotarlo lentamente por el rostro o cualquier parte del cuerpo a tratar.

Para espantar a las hormigas

Todavía no se sabe por qué, pero lo que sí sabe es que el café espanta a las hormigas fácilmente. Puedes probar echando un poco por todo su caminito.

Repeler las pulgas de tu mascota

Es común y corriente que las pulgas vivan en mascota, así que si utilizas un poco de café húmedo en cada baño de tu animal lograrás espantar las pulgas. Sí que funciona

Aprende a hacer piedras sanitarias para tus gatos de forma natural y en tu casa

Los materiales que necesitarás son los siguientes: Papeles de periódico que ya no utilices; agua; jabón; bicarbonato de sodio; dos envaces grandes y un colador.


Primero tritura muy bien el papel. Luego en un envase de agua tibia y jabón échalo lavándolo muy bien, posteriormente déjalo remojar por un buen rato hasta que tenga la apariencia de la avena comestible. Cuélalo y coloca todo el papel en un envase distinto con agua limpia, échale el bicarbonato de sodio y masajea hasta que se vuelva una pasta (hazlo con guantes).
Ahora bastará con colarlo una vez más y finalmente darle forma a cada piedra con las manos, cuando tengas la cantidad exacta deseada déjalo secar. ¡Cuando el papel se seque las piedras estarán listas para tu gato!





http://culturadivertida.com/aprende-piedras-sanitarias-gatos-natural-casa/

miércoles, 18 de febrero de 2015

REPELENTE CASERO.

Ingredientes:

1/2 litro de alcohol
1 paquete de clavos de olor (100 gr)
1 vaso de aceite de bebé o similar (100 ml)

Preparación:
Deje los clavos de olor macerando en el alcohol 4 días, agitando mañana y tarde. A continuación, poner el aceite corporal (puede ser de almendras, manzanilla, hinojo, lavanda vera, aloe, etc.) y ya está pronto para su uso.

Modo de empleo:

Pásese unas gotas en los brazos y piernas y los mosquitos huyen de la habitación.
El clavo espanta las hormigas de la cocina y de los electrodomésticos.
Ahuyenta las pulgas de las mascotas.
El repelente evita que los mosquitos chupen sangre, por lo que se altera la reproducción, disminuyendo su proliferación.

Reglamento para el juego de Carnaval

Considerando el Gobierno la necesidad de prescribir reglas fijas para el juego de Carnaval, a fin de precaver los excesos notables que algunas veces llegan a cometerse, y conciliar por este medio el respeto que se debe a los usos y costumbres de los pueblos, con lo que esencialmente exige la moral y la decencia pública, ha acordado y decreta:
Artículo 1º – El juego de Carnaval sólo será permitido en los tres días que preceden al de Ceniza, principiando en cada día a las dos de la tarde, cuya hora se anunciará por tres cañonazos en la Fortaleza, y concluyendo al toque de la oración, en que tendrán lugar otros tres cañonazos.
Artículo 2º – En las casas en que se juegue desde las azoteas o ventanas, deberá mantenerse la puerta a la calle cerrada durante las horas de diversión, y abrirse tan solamente en los momentos precisos para los casos de servicio necesario.
Artículo 3º – El juego que se haga desde las azoteas, ventanas o puertas de calle, solo podrá ser con agua sin ninguna otra mezcla o con los huevos comunes de olor, y de ninguna manera con los de avestruz.
Artículo 4º – Los que jueguen por las calles a caballo, o a pie, o en rodado, sólo podrán usar de los expresados huevos comunes de olor.  Los mismos, como también los que jueguen desde las azoteas, ventanas, o puertas, para usar de cohetes y buscapiés, deberán sacar permiso por escrito del Jefe de Policía, najo su firma.
Artículo 5º – Nadie, jugando por la calle, podrá asaltar ninguna casa, ni forzar alguna de sus puertas o ventanas, ni pasar de sus umbrales para adentro, ni a pie ni a caballo, en continuación del juego.
Artículo 6º – Tampoco se podrá jugar de casa a casa por los interiores de ella.
Artículo 7º – Queda igualmente prohibido el uso de las máscaras, en vestirse en traje que no corresponda a su sexo, el presentarse en clase de farsante, pantomimo o entremés, con el traje o insignias de eclesiástico, magistrado, militar, empleado público o persona anciana.
Artículo 8º – Para las diversiones públicas que puedan tener lugar en la noche, de la oración para adelante, se sacará previamente el correspondiente permiso del Jefe de Policía por escrito bajo su firma.
Artículo 9º – El que infringiere cualquiera de los artículos de este decreto, será castigado a juicio y discreción del Gobierno como corresponda, según las circunstancias del caso, y al mismo tiempo obligado a subsanar los daños y perjuicios particulares que hubiere causado por su infracción, en caso de ser reclamados.
Artículo 10º – Comuníquese a quienes corresponda, publíquese e insértese en el Registro Oficial.
Ministerio de Gobierno, Buenos Aires, Julio 8 de 1836.  Año 27 de la Libertad, 21 de la Independencia y 7 de la Confederación Argentina.
Fuente
De Angelis, Pedro – Archivo Americano (1843-1851), Tomo 1 – Ed. Americana, Buenos Aires (1946)
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal www.revisionistas.com.ar

http://www.revisionistas.com.ar/?p=3510/


Rosas prohíbe para siempre el carnaval

Desde los tiempos de la colonia, las celebraciones de carnaval eran esperadas con verdadero fervor popular. Era un tiempo de juego y desenfreno en el que se “arrojaban a la calzada los estiramientos convencionales”. Claro que estas fiestas cosecharon también enconados detractores, como el párroco de la iglesia de San Francisco que en 1773 consideró que el baile de máscaras era pecaminoso y dictaminó que debía negárseles la absolución sacramental a todos aquellos que asistían a la fiesta de carnaval.
Las máscaras y los bailes no eran la única diversión. Pronto se popularizaron los juegos de agua. Ésta se arrojaba desde las azoteas, en forma de baldazos o dentro de huevos de avestruz o de gallina. Los huevos, en ocasiones, eran arrojados cocidos, lo que dejaba varios jugadores contusos. En 1820 los juegos de carnaval dejaron a varios lesionados, lo que motivó serias advertencias policiales.
Para evitar los desbordes, Rosas dispuso en 1836 que el carnaval se realizara con las puertas de las casas cerradas. Pero la medida no logró evitar los atropellos y, en 1844, Rosas prohibió el carnaval en todas sus manifestaciones. Reproducimos a continuación el decreto prohibiendo esta celebración y un fragmento de un artículo publicado en El Mercurio de un nostálgico Sarmiento rememorando los carnavales de su terruño.
Fuente: Enrique Horacio Puccia, Breve historia del carnaval porteño, Buenos Aires, Municipalidad de Buenos Aires, 1974, págs. 34-38.
Prohibición de los festejos de carnaval

“¡Viva la Confederación Argentina! ¡Mueran los salvajes unitarios! Departamento de Gobierno, Palermo de San Benito, febrero 22 de 1844, año 35 de la Libertad, 29 de la Independencia y 15 de la Confederación Argentina. Las costumbres opuestas a la cultura social y al interés del Estado suelen pertenecer a todos los pueblos o épocas. A la autoridad pública corresponde designarles prudentemente su término”.
“Con perseverancia ha preparado el Gobierno, por medidas convenientes, estos resultados respecto de las dañosas costumbres del juego del carnaval en los tres días previos al miércoles de ceniza; y considerando:
“que esta preparación indispensable ha sido eficaz por los progresos del país en ilustración y moralidad;
“que semejante costumbre es inconveniente a las habitudes de un pueblo laborioso e ilustrado;
“que el tesoro del Estado se grava y son perjudicados los trabajos públicos;
“que las elaboraciones en todos los respectos sufren por esta pérdida de tiempo en diversiones perjudiciales;
“que redundan notables perjuicios a la agricultura y muy señaladamente a la siega de los trigos;
“que se perjudican las fortunas particulares y se deterioran y ensucian los edificios en las ciudades por el juego en las azoteas, puertas y ventanas;
“que la higiene pública se opone a un pasatiempo del que suelen resultar enfermedades;
“que las familias sienten otros males por el extravío indirecto de sus hijos, dependientes o domésticos:
“Por todas estas consideraciones, el gobierno ha acordado y decreta:
Art. 1°: Queda abolido y prohibido para siempre el Carnaval.
Art. 2°: Los contraventores sufrirán la pena de tres años destinados a los trabajos públicos del Estado, y si fuesen empleados públicos, serán, además, privados de sus empleos.
Art. 3°: Comuníquese, publíquese, e insértese en el Registro Civil. Rosas. Agustín Garrigós”.
Con esta resolución quedó sellada por largo lapso la suerte del carnaval. A los porteños que amaban sanamente las diversiones, les quedaba el consuelo de leer subrepticiamente la nota aparecida en El Mercurio de Santiago de Chile el 10 de febrero de 1842, en la cual Sarmiento –su autor- exiliado a la sazón, tras atacar con su espíritu combativo al “carnaval de Rosas”, recordaba entre nostálgico y jovial aquellas jornadas anteriores al advenimiento del régimen federal.
“¿Quién ha olvidado aquella alegría infantil –escribía Sarmiento- en que haciendo a un lado la máscara que las conveniencias sociales nos fuerzan a llevar en el largo transcurso de un año mortal, se abandonan a las inocentes libertades del Carnaval?”.
“¿Quién es que no ha saboreado en aquellos tiempos felices, el exquisito placer de vengarse de una vieja taimada que nos estorbaba en los días ordinarios, el acceso al oído de sus hijas, bautizándola de pies a cabeza con un enorme cántaro de agua, y viéndola hacer horribles gestos, y abrir la desmantelada y oscura boca, mientras los torrentes del no siempre cristalino líquido descendían por  su cara y se insinuaban por entre sus vestidos? ¿Quién no se ha complacido contemplando extasiado las queridas formas que hasta entonces se substraían tenaces al examen, viéndolas dibujarse a despecho del empapado ropaje, en relieves y sinuosidades encantadoras?¿Quién que tenga necesidad de decir dos palabras a su amada, no echa de menos aquella obstinada persecución con que separándola del grupo de las que hacían acuática defensa del carnaval, la seguía por corredores, pasadizos y dormitorios, hasta cerrarle toda salida, y verla al fin escurriendo agua, y con las súplicas más fervientes, pedir merced al mismo con quien antes no la había usado ella, y dejarse arrancar acaso un pequeño favor como precio de la capitulación acordada?”.
“¡Oh, felices tiempos de nuestros padres! Tiempos de inocencia y de festiva folganza, en que si no era permitido dar el brazo a las señoritas, ni dirigirles desembozadamente tiernos cumplidos, había tres días al año en que todo el mustio aparato de la terca etiqueta y gravedad española, cedían a impulsos de torrentes de agua que en todas direcciones se cruzaban, y que servían a ablandar los corazones de las esquivas y desdeñosas beldades… ¡Días de verdadera igualdad y fraternidad, en que no había puerta cerrada, ni necesidad de más títulos ni pasaportes para presentarse en una casa, que la provisión de agua ligeramente saturada de colonia o lavanda, y en los que le daban la bienvenida con un duraznazo o un jarro de agua!”.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar
http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/epoca_de_rosas/rosas_prohibe_el_carnaval.php