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viernes, 31 de octubre de 2014

Grunwalski



-No hay gusto mas descansado, que después de haber cagado!
Ustedes creen en Dios? No hay que perguntarse eso!
Hay que preguntarse, acaso Dios cree en nosotros?
Tuve un amigo llamado Grunwalski.
Nos deportaron juntos a Siberia.
Cuando se va a Siberia a un campo de trabajo,
Se viaja en un trén de ganado.
A través de estepas heladas por dias,
Sin ver una sola alma.
Juntos nos manteniamos abrigados.
Pero a la hora de ir a cagar,
En el tren era absolutamente imposible,
Y los únicos momentos en el que el tren se paraba
Era cuando tenía que llenar de agua la locomotora.
Además Grunwalski era muy vergonzoso.
Le apenaba incluso bañarse enfrente de mi,
Se azaraba,
Y por eso hasta me mofaba.
Un día el trén paró y todo el mundo aprovechó para ir a cagar
al otro lado de la vía.
Yo habia molestado tanto a Grunwalski con eso,
que prefirió alejarse un poco más.
El trén se puso en marcha,
y todo el mundo se subió,
por que el trén no esperaba a nadie.
El problema era que Grunwalski
se habia ido a hacerlo detrás de un arbusto,
y seguía cagando.
Lo ví salir detrás del arbusto,
sosteniendose el pantalón con sus dos manos.
Para que no se le cayeran, e intentó subir al trén.
Le tendí la mano,
pero cada vez que intentaba darme la suya,
se le caían los pantalones
a la altura de los tobillos.
Se subía el pantalón,
y seguía corriendo,
Y cada vez que intentaba agarrarse a mi,
se le caian los pantalones.
-Y luego que pasó?
- Nada.
-Grunwalski se...murió de frio.

Fragmento de la película La Haine de Mathieu Kassovitz

Lloren chicos, lloren


Que truco mas dulce