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miércoles, 5 de agosto de 2015

Archivos Vaticanos: Europa tenía cientos de pruebas del genocidio y no hizo nada

Klaus Lange Hazarian

Archivos Vaticanos arrojar de cómo a pesar de cartas, documentos e informes de Papas y sultanes otomanos que mostraban cómo se desarrollaba el genocidio armenio, la “pasividad gradual de la diplomacia europea” trabajaba sólo para “preservar a toda costa la integridad del imperio otomano”.


La revista jesuita italiano La Civiltà Cattolica destacó que los documentos recién publicados demuestran cómo la Santa Sede, siempre informado sobre los eventos, no permaneció pasiva, sino que se comprometió firmemente para enfrentar el tema del Genocidio Armenio”. “Benedicto XV fue el único gobernante o líder religioso que expresó una protesta contra el crimen masivo”.
El genocidio armenio se considera que comenzó 24 de abril 1915 con una masacre de armenios en Estambul. Durante los próximos ocho años, 1,5 millones de armenios serían asesinados y millones más desplazados.
Sin embargo, estos homicidios fueron perpetrados antes, cuando gran parte de la región aún estaba bajo dominio otomano.
Por ejemplo, el 27 de marzo 1896, en una carta del Padre franciscano Domenico Werson que servía como misionero en Aleppo, relató la masacre de cristianos en Marash y sus vecindades.
La mayor parte de los documentos de la serie recién publicada son archivos de la Congregación para las Iglesias Orientales. Fueron publicados en una serie de cuatro libros por el sacerdote jesuita Padre Georges-Henry Ruyssen. Antes de su lanzamiento, la última edición de La Civiltà Cattolica publica un resumen, en las que demuestra que los documentos sobre la “Cuestión Armenia” datan de finales del siglo 19 y la primera mitad del siglo 20.
La colección de documentos incluye cartas de los Papas y de los sultanes otomanos; documentos y despachos de Secretarios de Estado del Vaticano y prefectos o secretarios de otros dicasterios vaticanos; documentos e informes de los delegados apostólicos; y cartas de patriarcas y obispos armenios con información de primera mano.
También hay informes de testigos oculares que describen claramente lo que estaba pasando.
Los documentos señalan las acciones del Papa Benedicto XV, quien envió dos cartas personales al sultán Muhammad V Reshad el 10 de septiembre 1915 y el 12 de marzo de 1918, respectivamente, en un esfuerzo de varios intentos de mediación llevadas adelante por la Santa Sede para ayudar a los armenios.
El Papa León XIII intentó una mediación a partir de 1859. La Santa Sede quiso mediar con Djemal Pasha, comandante del ejército turco en Siria, para la libertad de 60 armenios condenados a muerte en 1917. El cardenal Pietro Gasparri,Secretario del Vaticano, con la mediación con Mustafá Kemal Pasha en 1921, intentó la salvaguarda de las vidas y los bienes de los sobrevivientes cristianos en Turquía.
La Santa Sede no sólo ayudaba en la diplomacia, sino que también trató de ayudar a los refugiados que sobrevivieron.
La Civiltà Cattolica escribe que la Santa Sede “movilizó un continuo flujo de ayuda financiera y suministros en una época en que no había otras organizaciones humanitarias internacionales más allá de la Cruz Roja”.
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La Santa Sede especialmente asistió a los huérfanos fundando “muchos orfanatos” abiertos a personas de todas las confesiones religiosas. Niñas armenias huérfanas también fueron acogidas en el orfanato en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, cerca de Roma.
Los documentos registran que los países no tomaron postura alguna sobre el genocidio y no defendieron al pueblo armenio, aun cuando los primeros signos de genocidio eran visibles.
La Civiltà Cattolica subrayó que a finales del siglo 19, la cuestión del futuro de los armenios “fue olvidada poco a poco”, porque la “pasividad gradual de la diplomacia europea” trabajó para“preservar a toda costa la integridad del imperio otomano”.
Arzobispo Augusto Bonetti, el delegado apostólico en Constantinopla de 1887-1904, resumió la situación internacional así: Francia y Rusia estaban dirigidos a preservar “la integridad de Turquía“. Francia había hecho importantes inversiones de capital en la región, mientras que Rusia quería que las actividades turcas sean inactivo así podría centrarse en el Lejano Oriente”.
En opinión del arzobispo Bonetti, Alemania tenía un interés material en la continuación de la guerra entre los griegos y los turcos, mientras que Inglaterra tenía “intereses políticos importantes de Turquía.”
En vísperas del 100 aniversario del genocidio armenio, la publicación de estos documentos puede arrojar luz sobre las razones por las que este genocidio se perpetró en medio de una indiferencia política general.

https://tigranelgrande333.wordpress.com/2015/03/29/archivos-vaticanos-europa-tenia-cientos-de-pruebas-del-genocidio-y-no-hizo-nada/

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