¿Sera cierto que Eva no es la primer mujer que Dios nombró o que el número 666 ya no representa al Diablo? A medida que más se sabe sobre las Sagradas Escrituras, más nos sorprenden las maravillosas historias que se desprenden de su contenido y de su historia.
Lista de buena fé
Hasta el siglo tercero no se sabía los escritos que formarían la Biblia. Fue en el concilio de Nicea del año 325 cuando que se logró distinguir los textos verdaderos de los falsos, a través de la “elección milagrosa”, para determinar cuáles debían integrarla. A lo largo de la historia se conservan cuatro versiones para justificar la preferencia por los cuatro libros canónicos. Una de ellas cuenta, que los obispos rezaron durante mucho tiempo hasta que los cuatro textos “elegidos” volaron y por si solos se posaron sobre un altar. Otra sostiene que se colocaron los evangelios sobre un altar y los apócrifos cayeron solos. La tercera historia dice que se conminó a Dios para que hiciera caer las escrituras que contengan palabras falsas. Sólo quedaron los cuatro elegidos. La última de las versiones manifiesta que ingresó al recinto de Nicea el Espíritu Santo, en forma de paloma, y susurró al oído de cada uno de los obispos cuales eran los evangelios auténticos.
Las divisiones
La división del Antiguo Testamento en versículos fue realizada por estudiosos judíos de las Escrituras, llamados masoretas. Los masoretas dedicaban sus vidas a la recitación y la copia de las Escrituras. Fueron ellos los primeros que, entre los siglos IX y X, dividieron el texto del Antiguo Testamento en versículos. Influenciado por el trabajo de los masoretas, el impresor francés Robert D’etiénne dividió el Nuevo Testamento en versículos en el año 1551. La primera Biblia que incluyó la división de capítulos y versículos fue la llamada “Biblia de Ginebra”, publicada en Suiza en el año 1560 . Los editores de la Biblia de Ginebra optaron por los capítulos y versículos para facilitar la memorización, localización y comparación de pasajes bíblicos.
Pocas, Caras y Codiciadas
El ejemplar de una Biblia antigua es un auténtico tesoro para todo museo y coleccionista. Hay algunas ediciones, como la que imprimió Johannes Gutenberg en 1460, cuyo precio es incalculable. Se estima que Gutenberg logró por primera vez imprimir, ilustrar y encuadernar 180 Biblias de 1.282 páginas cada una, a dos columnas de 42 renglones. En la actualidad existen sólo 60 ejemplares de esta edición, 12 en pergamino y 48 en papel. Alemania posee 15 de estas Biblias, guardadas en su mayoría en bibliotecas de instituciones universitarias y una fue adquirida por la Biblioteca del Congreso de Washington en 1930. Pero sólo dos copias quedan en excelentes condiciones, una se encuentra en la Biblioteca Nacional de París y la otra en la Biblioteca Británica de Londres.
Eva no fue la primera
El primer nombre de mujer que Dios puso fue Sara, a la esposa de Abraham. Según el Génesis 17:15 “Dijo también Dios a Abraham: A Sarai, tú esposa, no llamarás Sarai, sino que su nombre será Sara”. Dios cambia los nombres porque Sara significa “princesa entre las mujeres” y para incluirla en el pacto con Abraham. Sara al creer la promesa de Dios y concebir a Isaac en su vejez, se convirtió en ejemplo de fe y modelo de mujer para el pueblo hebreo. Eva no lo nombra Dios, sino Adan. Eva significa “madre de todos los seres humanos”.
El diablo cambio de número
Durante siglos se creyó que el Apocalipsis relacionaba al diablo con el número 666, pero en realidad es el 616. Durante el año 2005 un equipo de la Universidad de Bimmingham tradujo la copia más antigua del Nuevo Testamento y descubrió que en el libro de las Revelaciones se había realizado una mala traducción. Ni el idioma hebreo ni el griego poseían un sistema numérico independiente, este estaba relacionado a las letras de sus alfabetos. Por esta razón, el número 666 sería correcto si la traducción se hubiera realizado del hebreo al griego, pero la traducción se habría hecho del latín al hebreo, y en ese caso la cifra sería 616.
Video "7 días buscando a Dios"
http://ar.tuhistory.com/noticias/cinco-datos-curiosos-sobre-la-biblia-que-seguro-no-conocias
El primer nombre de mujer que Dios puso fue Sara, a la esposa de Abraham. Según el Génesis 17:15 “Dijo también Dios a Abraham: A Sarai, tú esposa, no llamarás Sarai, sino que su nombre será Sara”. Dios cambia los nombres porque Sara significa “princesa entre las mujeres” y para incluirla en el pacto con Abraham. Sara al creer la promesa de Dios y concebir a Isaac en su vejez, se convirtió en ejemplo de fe y modelo de mujer para el pueblo hebreo. Eva no lo nombra Dios, sino Adan. Eva significa “madre de todos los seres humanos”. Fuente del artículo
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