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sábado, 9 de enero de 2016

El fusilamiento de Severino Di Giovanni, por Roberto Arlt

El 1º de febrero de 1931 fue fusilado el anarquista expropiador de origen italiano Severino Di Giovanni, quien con asaltos y atentados, logró tener  en jaque a la policía del país durante seis años. Di Giovanni había nacido el 17 de marzo de 1901 y vivió su adolescencia en los escenarios  de posguerra, entre el hambre y la pobreza. Tipógrafo, maestro y autodidacta, se topó con las lecturas libertarias de Bakunin, Malatesta y Proudhon, entre otros teóricos del anarquismo.
Fallecidos sus padres, cuando tenía apenas 19 años, comenzó la militancia anarquista, al mismo tiempo que en Italia se producía el ascenso del fascismo de Benito Mussolini. Casado y con tres hijos que mantener, se exilió en Argentina, específicamente en Morón, donde se desempeñó como tipógrafo. Eran los años en que el anarquismo acusaba más que nunca los duros golpes recibidos desde 1910. Di Giovanni se alineó con los grupos más radicales del anarquismo en el país y participó en una serie de acciones violentas y atentados que entonces y hoy son motivo de polémica. El 31 de enero de 1931, fue capturado y condenado a muerte, luego de denunciar con dureza la represión y torturas producidas por el gobierno de facto de  José Félix Uriburu, que había derrocado a Hipólito Yrigoyen en 1930.
Tras despedirse de su familia, fue ejecutado dos días después de haber sido apresado, en el patio de la penitenciaría de la calle Las Heras ante varios testigos, entre los que se encontraba el escritor Roberto Arlt, quien en un artículo –transcripto a continuación- narró los últimos momentos de vida del anarquista.
Fuente: ARLT, Roberto, Obras completas, Buenos Aires, Omeba, 1981, en PIGNA, Felipe, Los Mitos de la Historia Argentina 3, Buenos Aires, Planeta, 2006.
“El condenado camina como un pato. Los pies aherrojados con una barra de hierro a las esposas que amarran las manos. Atraviesa la franja de adoquinado rústico. Algunos espectadores se ríen. ¿Zoncera? ¿Nerviosidad? ¡Quién sabe! El reo se sienta reposadamente en el banquillo. Apoya la espalda y saca pecho. Mira arriba. Luego se inclina y parece, con las manos abandonadas entre las rodillas abiertas, un hombre que cuida el fuego mientras se calienta agua para tomar el mate. Permanece así cuatro segundos. Un suboficial le cruza una soga al pecho, para que cuando los proyectiles lo maten no ruede por tierra. Di Giovanni gira la cabeza de derecha a izquierda y se deja amarrar. Ha formado el blanco pelotón fusilero. El suboficial quiere vendar al condenado. Éste grita: “Venda no”.
”Mira tiesamente a los ejecutores. Emana voluntad. Si sufre o no, es un secreto. Pero permanece así, tieso, orgulloso. Di Giovanni permanece recto, apoyada la espalda en el respaldar. Sobre su cabeza, en una franja de muralla gris, se mueven piernas de soldados. Saca pecho. ¿Será para recibir las balas?
— Pelotón, firme. Apunten.
La voz del reo estalla metálica, vibrante:
— ¡Viva la anarquía!
— ¡Fuego!
”Resplandor subitáneo. Un cuerpo recio se ha convertido en una doblada lámina de papel. Las balas rompen la soga. El cuerpo cae de cabeza y queda en el pasto verde con las manos tocando las rodillas. Fogonazo del tiro de gracia.
”Las balas han escrito la última palabra en el cuerpo del reo. El rostro permanece sereno. Pálido. Los ojos entreabiertos. Un herrero martillea a los pies del cadáver. Quita los remaches del grillete y de la barra de hierro. Un médico lo observa. Certifica que el condenado ha muerto. Un señor, que ha venido de frac y con zapatos de baile, se retira con la galera en la coronilla. Parece que saliera del cabaret. Otro dice una mala palabra.
”Veo cuatro muchachos pálidos como muertos y desfigurados que se muerden los labios; son: Gauna, de La Razón, Álvarez, de Última Hora, Enrique González Tuñón, de Crítica y Gómez deEl Mundo. Yo estoy como borracho. Pienso en los que se reían. Pienso que a la entrada de la Penitenciaría debería ponerse un cartel que rezara:
— Está prohibido reírse.
— Está prohibido concurrir con zapatos de baile”.


http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/decada_infame/fusilamiento_severino_di_giovanni_por_roberto_arlt.php

Roberto Arlt: Inventor del peronismo

Los siete locos puede ser una visión de época, de estado de ánimo general de la sociedad, y, además, de sus carencias. Lo que busca Arlt (y encuentra) son las imposibilidades que tiene la política y que son las causantes de ese estado deplorable del humor social.
Por Boris Katunaric – (Agencia La Paco Urondo)
En el marco de un fervor arltiano, la serie que se da en la TV Pública -Los siete locos y los lanzallamas-, además de la publicación en forma impresa de Página/12 con ilustraciones de Daniel Santoro de estas obras, nos interesa pensar un poco más la relación de Arlt con la política y con su contexto histórico.
La pregunta.
¿Cómo hacemos para justificar la unión de dos cosas que están separadas por el tiempo y que, aparentemente, no tienen nada que ver? Una de las respuestas posibles es por lo que tienen en común, otra por el olor que emanan de ellas o también por las huellas que dejan. ¿Por qué no creer que Arlt, un tipo con una visión de época implacable, no pudiera dar cuenta de lo que la sociedad, en su más íntima angustia, pueda haber generado, las bases de lo que será el peronismo? Discutible, sí, pero posible.
Todas las esperanzas humanas.
Ricardo Píglia, quién realiza la adaptación de la obra Los Siete locos y Los Lanzallamas que se emite por la TV Pública, constantemente da lo que podríamos llamar unos guiños peronistas. Un ejemplo es en el primer capítulo donde agrega un guión de diálogo que dice: “qué tragedia la de su familia, un socialista que termina criando a un pichoncito de oligarca”; esa magnífica escena no existe en la novela y, sin embargo, no está fuera de la realidad posible, no desentona, están la obra y la adaptación en, si se quiere, una armonía política.
Muchas son las vinculaciones que se hacen entre Roberto Arlt y el peronismo, por ejemplo,Perón en Caracas, obra de teatro escrita por el poeta Leónidas Lamborghini, tiene a modo de acápite dos citas de Los siete locos, ambas referentes al Astrólogo. Una de ellas dice: “Y le hablo a usted con franqueza. No sé si nuestra sociedad será bolchevique o fascista. A veces me inclino a pensar que se puede hacer una ensalada rusa que ni Dios la entienda. Creo que no se me puede pedir mayor sinceridad en este momento. Vea que por ahora lo que yo pretendo es hacer un bloque donde se consoliden todas las esperanzas humanas”
Es una constante esta vinculación entre fascismo y socialismo (remarquemos en los años 30 y 40 el fascismo no era una mala palabra) al peronismo, ya que desde sus detractores hasta sus más fieles seguidores ven ambas posturas: un régimen militarista, nacionalista, un socialismo estatizador, un capitalismo keynesiano, etc., etc., etc., todos rótulos discutibles y, a la vez, ciertos y dudosos.
Es decir que esa “ensalada rusa” daría por resultado el peronismo. Pero existen otras claves para la vinculación entre Arlt y el peronismo. Esa idea de ensalada rusa es interesante en tanto ubicaríamos ese concepto como parte de un puntapié de algo más complejo.
Las claves
En principio, Arlt fue un escritor denostado por las elites literarias, es decir que fue, al igual que el peronismo en la política un “hecho maldito”. Ambos fueron juzgados por las clases altas, ambos fueron lugares en donde el pueblo pudo refugiarse, con Arlt en la literatura, con el peronismo en la política. ¿Acaso el peronismo no fue una locura construida sobre las ruinas de una sociedad asediada por las injusticias de las élites?
Hasta aquí el ejemplo funciona, pero conjeturando más hondamente podemos ver otras claves que son las que vinculan Los siete locos con el peronismo. La clave está en cada símbolo que representa cada uno de los locos. Cada uno de ellos tiene como función una de las bases de esa nueva sociedad que intenta llevar a cabo el Astrólogo, cada uno tiene un papel y, a modo simbólico, cada uno representa un pilar del peronismo.
Al igual que esto, cada uno de los siete locos es un pilar de una ausencia, de lo que genera ese mal humor social, pues cada uno cumple una función estratégica dentro de esa locura novelesca y política, cada ausencia acrecienta la angustia y abulia social de la que habla Los siete locos.
Los locos que inventaron el amor (a Perón).
Enumeramos entonces, a modo de pistas o categorías filosóficas, lo que dejó Arlt para construir lo que devino luego en peronismo.
El Inventor: la industria es una de las jugadas más fuertes del peronismo, en lo que ha creado una masa de obreros organizados.
El Buscador de oro: el dinero, la riqueza, la prosperidad y la movilidad ascendente fueron las bases económicas del peronismo, esa estabilidad ha dado por resultado la popularidad del movimiento.
El General: es el poder de un liderazgo, el ejercicio del poder de una figura fuerte encarnado tanto en la figura de Perón como en la de Eva.
El Abogado: la institución del derecho, el peronismo no llega al poder siendo autoritario, sino que lo hace a través de las instituciones democráticas y lo ha hecho siempre en consonancia con la voluntad popular.
El Rufián melancólico o cafisho: esto es más difícil pero recordemos que son categorías filosóficas ¿qué simboliza la prostitución o su consumo? El goce de los cuerpos, el placer del ocio, estos son los derechos de vacaciones y aguinaldos que otorgó el peronismo, el poder de decisión del cuerpo y del tiempo que permiten el placer mediante el dinero.
El hombre que vio a la partera: la fuerza, la brutalidad de las masas organizadas, los bombos, la fuerza de choque de un pueblo que defiende sus ideales, hablamos de este tipo de capacidad de fuerza que es la militancia orgánica que también pone su cuerpo en juego.
El Astrólogo: considerada una superstición, la astrología es parte de una voluntad popular, alimenta los mitos, las leyendas y las épicas, esas son las formas de crear un relato capaz de conmover a un pueblo y en esto tal vez pensó Arlt, cuando la realidad es tan violenta y angustiante el único capaz de sacarnos adelante es el mito, la creencia.
Las llamas.
Este artículo no intentó en ningún momento encontrar la llave de las todas las respuestas, simplemente son conjeturas que parten de una hipótesis, se trató de pensar en qué Arlt tuvo un gran olfato para las realidades de su tiempo, que pudo captar cuáles eran las deudas para las personas de clase trabajadora como él. Que con su literatura pudo dejar un registro de época que fue retomado intuitivamente por la voluntad política una década y media después, porque eran realidades que se merecían una reparación histórica luego de tanto desprecio por las clases populares.
http://www.enlacecritico.com/columnistas/roberto-arlt-inventor-del-peronismo
Conoce mas sobre Roberto Arlt y su obra http://www.elortiba.org/arlt.html


En el país de los siete locos

ESCRIBE CÉSAR CALERO
ILUSTRA RODOLFO FUCILE

Le propusimos a César Calero, periodista español que vive en Buenos Aires, que escribiera sobre la extraña relación de los argentinos y el dinero. El resultado no nos favorece.

El backstage de esta crónica
Le propusimos a un periodista español (que vive en Buenos Aires desde hace algunos años) que escribiera sobre la relación de los argentinos y el dinero. Única regla: que lo hiciera como si fuese un trabajo de corresponsal, que hablara a nuestras espaldas, como si nosotros nunca pudiéramos leer esa crónica. «Cuando se publique esto los porteños me van a matar», nos dijo «porque seguiré viviendo aquí». Le dijimos que no publicaríamos su identidad, y se quedó más tranquilo. Se llama César Calero, esta es su foto y esto escribió.
Sobre el autor
César Calero (Madrid, 1965) Desarrolló su carrera profesional colaborando en diferentes medios: Diario 16El PaísThe Washington PostEl UniversalCambio y La Nación, entre otros. Fue corresponsal en México, Centroamérica y Cuba. En 2008 publicó la novela «Humano» (Inéditor) y en 2011 ganó el Premio Narrativa de Viajes Eurostars-RBA con su libro de crónicas «Cuba a cámara lenta». Ya había participado en la Orsai N2 con la fantástica crónica «Radowitzky en el fin del mundo».
Actualmente está afincado en Buenos Aires, donde se encarga de la redacción de temas internacionales para el diario La Nación. También se encarga, en sus ratos libres, de escuchar a la gente y tomarle nota a la calle. ¿De qué hablan los porteños? ¿Cuál es el tema que genera más ansiedad en la Argentina? Una pista: es verde y está en un corral.
¿Adivinaron? No importa, lean la crónica desde el quince de marzo y pasen por caja antes que cambie el precio.
La apertura
Me gusta muchísimo esta apertura; la pueden ampliar desde acá. Mientras Calero escribía empezamos a buscarle ilustrador al tema y nos enamoramos de un autor que nunca había participado en Orsai.
Rodolfo Fucile nació en Buenos Aires, en 1978. Dibuja, escribe y trabaja como ilustrador. Publicó en diversos diarios y revistas comoClarínLa NaciónCaras y Caretas y también en un sinfín de editoriales. Es autor de los libros «Artistas irrelevantes» y «El Supervisor». Un dibujo más, de interior:
Algunas frases
«A cada argentino le corresponderían, según datos del Tesoro norteamericano, mil trescientos dólares frente a los seis dólares per cápita de Brasil».
«La asimilación social del dólar paralelo es tal que los principales diarios argentinos publican en sus páginas financieras no solo la cotización del dólar oficial sino también la del negro (quiero decir, blue)».
«El argentino, que ama el exhibicionismo hasta límites insospechados, habla para que lo escuche no solo su interlocutor más cercano sino, a ser posible, todo el mundo».

▣ PUBLICADO EL LUNES 18 DE MARZO, 2013





http://editorialorsai.com/revista/post/n12_la_guita